Un paseo lleno de fotografías de Brujas de noche

Pasear por Brujas de noche es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de mi viaje por Bélgica. Cuando cae la oscuridad, en las calles reina el silencio y tan solo tus pasos y algún gatillo despistado que salga a alcahuetear, serán tus compañeros 🙂 Y en este post digamos que voy a mostraros la que bien podría ser una, “noche de Brujas… en Brujas” 😀 El tintinero del agua de los canales, la magia de las luces reflejándose en la piedra medieval de sus fachadas… y por supuesto, un clásico, el muelle del Rosario, donde si ya es bonito de día, de noche… qué os voy a contar.

Acabábamos de terminar de cenar. La noche había entrado con fuerza y pese a que en la calle ya no había ni un alma y aún no queríamos volver a la habitación. Sí, somos culo de mal asiento, qué le vamos a hacer 😀 Así que nada, preguntamos qué hacer de noche en Brujas y por el rostro de los interrogados… la verdad, tampoco es que obtuviéramos una respuesta demasiado entusiasta 😀 Y bueno, dicho esto, en mi mente empezó ese runrún que suele martillearme el tarro en esos momentos que yo denomino como “el gusanillo de la improvisación”. Y qué demonios… ¡bendita improvisación! Justo al salir del restaurante donde estábamos, ¡descubrimos que la ciudad había sido invadida en brumas!

Sin darnos cuenta, el plan para esa noche en Brujas acababa de empezar. Y es que, la ciudad parecía otra. Los colores, las sombras, destellos del agua… Nos mirábamos a la vez que nos preguntábamos: «¿esto es Brujas o el escenario de una novela medieval de intriga?». Fijaos qué maravilla de lugar 🙂

Caminando y caminando fuimos bordeando los canales de Brujas de noche. Las brumas recorrían la superficie del agua dejando tras de si un halo de misterio maravilloso… y cada callejón, era una postal donde disfrutar de las mejores fotos 🙂

La ciudad parecía para nosotros. ¡No había ni un alma! ¿Sabes de esas situaciones en las que literalmente si permaneces en silencio sólo escuchas tus pisadas y el resonar de estas sobre las fachadas?

No sé si por la ausencia total de personas, por la calidez de las luces, las sombras entre ventanitas… todo parecía tener un volumen, color e incluso aroma diferente. ¡Parecía que estábamos en otra ciudad! Como consejo viajero sólo puedo deciros que esta ciudad es para recorrerla tanto de día como de noche porque son cosas diferentes. Si ya habéis ido a una calle por la mañana… ¡da igual!, visitadla de nuevo de noche.

Callejones como Katelijnestraat, los alrededores de la plaza Burg con el Brugse Vrije iluminado, las casitas de Grote Markt iluminadas o la preciosa Sint-Jakobsstraat son sitios que os recomiendo un montón a la hora de visitar Brujas de noche. El gusto de los belgas al dar luz a sus calles y casas es exquisito 🙂

Y qué decir del Puente de Bonifacio de noche, las casitas que hay sobre el canal Roondvart y los jardines de la iglesias de nuestra señora. ¡Vaya yuyu de sitio! Digno de una “película de Brujas”. Nunca mejor dicho, ¿verdad? 😀

Al cabo de 2 horas nos dimos cuenta de que nos habíamos venido un poco arriba con la ruta nocturna por Brujas y poco a poco fuimos poniendo rumbo a nuestro apartamento, y qué mejor que hacerlo que atravesando el campanario de Belfort de noche, entre brumas… fijaos qué epicidad Dios mio. No me digáis que no está guay 🙂

Todas estas imágenes de noche en Brujas quedarán en mi memoria para siempre. Brujas tiene algo especial. No se qué es pero es un sitio donde me siento bien. Me siento cómodo. Es una ciudad acogedora, bien cuidada… y yo, que soy un poco gato nocturno pues podríamos decir que esa noche encontré mi cobijo perfecto 😉

Ya lo sabéis, después de cenar, nada como salir a hacer fotografías de Brujas de noche, echar unos buenos comments entre callejones y romper el silencio a golpe de pisadas 😉 Si os ha gustado este reportaje os animo a echar un ojo a mi listado de 15 cosas que ver en Brujas y a otro artículo donde cuento cómo ir a Brujas y Gante desde Bruselas en día. ¡Buen viaje y… buenas noches Brujas!