De paseo por Marruecos

Pasear por Marruecos, sus carreteras y especialmente, la medina de Fez, convierten al viajero en el objetivo de toda clase de experiencias surrealistas y en ocasiones, algunas realmente cómicas.

Para todos aquellos coleccionistas de lo poco común, curioso, distinto y alucinante, aquí os dejo algunas instantáneas de lo que, visto de un modo u otro, no os dejará indiferentes y lo que estoy seguro de que alguna sonrisilla os saldrá ante lo que consideré que mi cámara no podía dejar escapar en mi viaje por Marruecos…

Para abrir boca os presento el correctoreparto de cargas, acorde a cada vehículo por supuesto, en los camiones marroquíes. En uno de ellos parece que el “montonaco” de paja fuese a caerse en cualquier frenazo. Es increible. Por otro lado, que me decis de las ruedas de la foto del camión de la carga azul. Fijaos en el descomunal tamaño de la furgoneta. No quiero ni pensar qué es lo que llevaran dentro pero apuesto a que se van a Benidorm a pasar el Verano.

Quién quiere un autobús cuando puede ir remolcado en una furgoneta. Si vas a Marruecos, no lo dudes, apúntate al “Parachoquebus“! la forma más barata y fresquita de moverte por el país, eso si, siempre que no te toque dentro y tengas que comerte el alerón del vecino. Después de imágenes como esta, no me extrañaría lo más mínimo de que los Marroquies fueran campeones del mundo de Tetrix porque de verdad que es impresionante ver como aprovechan cada recoveco de esa pobre furgoneta.

Aquí teneis otra instantanea del “Parachoquebus“. No os perdais donde lleva el pie uno de los ocupantes y sobre todo en la carita del de la izquierda que nos mira riéndose como diciendo: “Si, lo sabemos, éramos pocos y parió la abuela“.

En la medina de Fez es fácil encontrarse con situaciones y comercios de lo más variopintos pero en esta ocasión, la situación me pudo y no dude en meterme dentro de la zapatería, despistarme de mi familia y quedarme solo en la medina con tal de fotografiar, pese a la mala cara del comerciante, tal enjambre de zapatos y babuchas. Que barbaridad. No quiero ni imaginarme una situación del tipo: “Perdona, me da un 43 de esos que tiene en la ultima fila“. No me extraña que salga con la cara de agobio con la que sale. Es para quedarse calvo.

Y hablando de negocios… puede ser que las apariencias engañen, pero ante semejantes cartelitos de dentistas, prefiero quedarme como el de la derecha a entrar en un dentista marroquí que ni siquiera sabe cuantos dientes se tienen en la boca (fijaos en la foto inferior izquierda y contad los dientes).

Desde luego Marruecos, e imagino que el resto de paises de este tipo, es un país para perderse en sus medinas y atiborrarse a presenciar estampas de película. También me llamaron mucho la atención las marcas de Pepsi y Cocacola puesto que no sabía que tienen su version jambala-jambala:

Y las farmacias, que curiosa y obviamente no llevan el símbolo de la cruz verde sino el de la media luna. Curioso, muy curioso.

Y finalmente y como muestra de que todo lo bueno se pega, ante tanto surrealismo, no podía quedarme atrás y sin quererlo, de verdad que fue sin quererlo, salió esta pequeña muestra de que el hombre un día tuvo alas.