Subir hasta el Jungfraujoch fue una de las razones que nos llevó a Suiza y uno de los momentos más memorables de todo nuestro viaje. Desde que vi por primera vez las imágenes de los valles de Grindelwald, el monte Jungfrau y la experiencia de su tren cremallera ascendiendo entre glaciares a lomos del famoso tren Jungfraubahn, automáticamente me puse a indagar sobre como ir al Jungfraujoch desde Interlaken y su impresionante mirador a 3466 metros de altitud.
Durante muchos años cada vez que me preguntan por un viaje de todos los que he hecho por el mundo automáticamente se me viene a la cabeza la silueta del glaciar Aletsch y los picos nevados de los tresmiles y cuatromiles que rodean al Jungfrau.
Fueron muchos días mirando la meteorología para pillar un día claro en el conocido como Top of Europe. Así como conversaciones entre mi madre, Julia, Diana y yo, debatiendo de si merecería la pena o no de apoquinar los casi 200 pavos que vale la excursión a Jungfraujoch desde Interlaken. ¡Desorbitado, sí! Pero qué queréis que os diga… ahora, echando la vista atrás, y después de más de 50 países en la mochila, miro estas fotos y aquella experiencia aún me sigue pareciendo una de las más brutales de mi vida.
Pocas palabras pueden describir lo que nuestra retinas vieron aquel día sin empequeñecer los paisajes tan brutales que pudimos contemplar a lomos del tren del Jungfraujoch. Un viaje al Top of Europe que a continuación paso a detallaros de manera muy jugosa y visual con todo el cariño que se merece para mi este rincón del mundo 🙂
¿Cómo llegar al Jungfraujoch desde Interlaken?
Lo ideal es ir al Jungfraujoch desde Interlaken, que fue lo que nosotros hicimos para ver algunos de los lugares más bonitos de Suiza como son el valle de Lauterbrunnen, el precioso pueblito de Grindelwald o el lago Bachalpsee. Sin embargo, si estáis en Zürich, podréis comprar estas entradas en el que os recogerán en el centro de la ciudad y os llevarán en bus hasta Interlaken.
Si finalmente optáis por ir en tren al Jungfraujoch desde Interlaken, previamente deberéis comprar el ticket en su web oficial. Sin embargo, cuidado, porque una vez comprados no los podréis cancelar y esto puede ser una p*tada si el día antes la predicción cambia a niebla o lluvia. Os lo aseguro.
Mi recomendación es que a menos que sepáis que va a hacer un día claro… que no la compréis hasta el día antes o bien que saquéis los tickets desde esta web donde podréis cancelarlo hasta 48 horas antes. Subir al Jungfraujoch con niebla o lluvia… es pagar por pagar.
Para la meteorología os sugiero chequear la web donde yo siempre lo miro y por supuesto las webcams oficiales. Se que puede pareceros un poco coñazo tener que estar tan pendiente de todo esto pero… me lo agradeceréis 😉
Nuestra excursión al Jungraujoch desde Interlaken
Como cada mañana despertamos en nuestro campamento base de Interlaken bajo un maravilloso día soleado que habíamos estado esperando como agua de Mayo para poder vivir la experiencia. ¡Había llegado el momento de subir al Junfraujoch!
Los nervios los tenía a flor de piel como cuando tienes un examen 😀 Eran muchos días cancelando y postponiendo la excursión al Junfraujoch por culpa de las lluvias y las nieblas pero aquel día parecía que era el bueno. ¡Teníamos una ventana de sol!
Tras pegarnos un señor desayuno y rapiñear 3 o 4 rebanadas de pan para el almuerzo 😀 (Suiza no es barata señores), preparamos los bocatas y sin perder ni un minuto pusimos rumbo a la estación de trenes Interlaken OST desde donde saldríamos rumbo a Grindelwald, primera parada en el camino.
Una vez en Grindelwald, uno de mis pueblos preferidos de Suiza, nos bajaríamos para hacer un cambio de trenes. Sin necesidad de sacar ningún otro ticket, simplemente con el que ya teníamos, nos subiríamos en el tren con destino Kleine Scheidegg, donde ahí, sí que sí, nos subiríamos en el conocido como Jungfraubahn, el famoso tren cremallera de Los Alpes.
Y ahí… en tren, desde Grindelwald a Kleine Scheidegg empezó el primer show de paisajes. La fiesta para nuestras retinas sólo acababa de comenzar.
Arriba, imponentes, los alpes nevados. Frente a nosotros, kilométricas praderas salpicadas por casitas de madera decoradas como si posaran para la revista El Mueble. Bajo nuestros pies, el triquitraque de nuestro vagón serpenteando Los Alpes rumbo a los 3466 metros del Jungfraujoch.
La inclinación del tren era en algúnos puntos del 35% de pendiente. ¡Ver para creer!
A medida que subíamos iríamos dejando bajo nuestros pies un mar de bosques de abetos maravillosos. La inmensidad del paisaje se acrecentaba a medida que subíamos hacia las cumbres nevadas de los primeros cuatromiles.
A medida que subía el tren, el termómetro comenzó a bajar y bajar. Habíamos atravesado la cota de nieve y de pronto, el paisaje, se paso del verde del verano a convertirse en un impresionante paraíso invernal de nieves perpetuas. ¡Increíble!
El sol brillaba increíble sobre las nieves vírgenes de las laderas del Eiger, Mönch y el imponente Jungfrau. ¡No sabíamos dónde mirar! Las vistas eran alucinantes. El cielo azul, el brillo de la nieve, los barrancos de las montañas… ¡teníamos hasta agujetas en el dedo índice de tanto hacer fotos! 😀
Y de pronto, casi sin darnos cuenta, llegamos a los 2061 metros del puerto de montaña de Kleine Scheidegg donde nos bajaríamos para subirnos al tren rojo del Jungfraubahn.
Jungfraubahn, el tren cremallera de Los Alpes
Una vez en Kleine Scheidegg nos bajamos por segunda vez y ahora sí que sí nos subiríamos al “tren rojo” conocido mundialmente como Jungfraubahn. Una locura de la ingeniería que se construyó para subir hasta la mismísima cima del Jungfrau a los 4158 metros 😀
La idea de llegar hasta la cima finalmente se vio truncada debido a la muerte del artífice de la idea e ingeniero jefe, Adolf Guyer. Debido a esto, el proyectó se quedó a 600 metros de la cima y se decidió construir la famosa estación de trenes Jungfraujoch en un precioso valle, entre las cimas del Mönch y Jungfrau, que a día de hoy continúa siendo la estación de trenes más alta del mundo.
Ya a bordo del Jungfraubahn la aventura se reanudaría pero ahora con el aliciente de estar a lomos de un auténtico caballo de hierro en una de las rutas más maravillosas del mundo. ¡El tren cremallera de los alpes!
Gigantes de hielo como las cascadas de glaciares del Eiger nos dejaron con la boca abierta. Nuestra ventana en el tren era como un cine panorámico y una auténtica borrachera visual de paisajes para las retinas.
Por momentos parecía que escalábamos las montañas a bordo del tren. Y muy inteligentemente mi madre me dijo: «No es que lo parezca, ¡es que estamos escalando la montaña en este tren!». Poco a poco entendíamos del por qué del precio del ticket.
De pronto, llegamos a la conocida como Eigergletscher Station, a los pies del Eiger, donde el tren se introduciría en un túnel de roca y hielo que durante varios kilómetros se adentraría en las entrañas de las montañas de Los Alpes hasta llegar al duro hielo del milenario glaciar del Jungfrau.
Como si de un escalador se tratase, el tren subió y subió salteando roca, hielo y un 30% de inclinación a través de los Alpes.
Y por fin, llegamos a la famosa estación Jungfraujoch, la mas alta del mundo 😉
El techo de Europa donde Eiger, Mönch y Jungfrau confluyen en un lugar Patrimonio de la Humanidad que nos recibiría con una de las vistas más maravillosas de Suiza.
¡Top of Europe y el glaciar Aletsch!
Nada mas salir del tren, un frio y gélido aire glaciar nos dio la bienvenida a las entrañas del glaciar Aletsch que primeramente deberíamos atravesar hasta posteriormente alcanzar el conocido como Sphinx y el mirador Plateau. Un brutal 360º con unas vistas a los Alpes que nos cortarían el hipo.
Pero primero, como decía antes, deberíamos recorrer los túneles escavados en el interior del glaciar Aletsch. ¡Estábamos a los pies del Jungfrau!
Aquí me tenéis, justo a la entrada del Jungfraujoch frente a una de las galerías de hielo escavadas en el glaciar Aletsch.
Fijaos que pasada de túneles. Y mientras tanto, sobre nuestras cabezas, toneladas de metros cúbicos de hielo de millones de años se movían a paso milimétrico sobre nuestras cabezas.
Y en mitad de tanto hielo… ¡Jajaja! Personajillos como la ardillita de Ice Age…
¡E incluso un museo de figuras de hielo! Aquí las máquinas de refrigeración no es que sean especialmente necesarias. Estábamos dentro del mismísimo glaciar, ¡a -13ºC! El frio ya viene de serie 😀
Y finalmente, de las entrañas del Aletsch subimos a la superficie en ascensor hasta lo alto del mirador del Top of Europe donde una extraordinaria panorámica de picos nevados nos dio los buenos días. Mirad qué maravilla…
Un sol espectacular sin ni una sola nube nos recibió en lo alto de la plataforma de hierro de la Sphinx. La nieve brillaba incandescente y la caída desde sus miradores te sobrecogía a la par de que te helaba con sus gélidos vientos.
Aquí nos teneís en el mirador del Top of Europe con el glaciar Aletsch al fondo 🙂
Poner cara a este glaciar fue para mi un sueño. Era el primero que veía en mi vida y para nada nos decepcionó. Poder contemplar su lengua de hielo de 2 kilómetros de ancho por 7 de largo y escuchar el rugido tenebroso de su avance desde la lejanía fue sobrecogedor.
Para un amante de los miradores y la fotografía como yo un lugar así es… indescriptible 🙂
Qué puedo deciros que no digan por si solas estas imágenes. Cada minuto ahí arriba justificaba cada céntimo invertido en subir al Jungfraujoch. Qué maravilla.
Inquietas chovas hacían de guardianes del paisaje planeando el paisaje sin quitarnos ojo ni un minuto. Éramos sus invitados. Su casa, las nieves del Jungfrau y el Mönch.
Mirad qué maravilla de paisaje. Ni una huella humana. Territorio salvaje, 100% virgen, inalterado. En sitios así de verdad que me siento un intruso en el corazón de la madre naturaleza. Qué gozada de lugar.
Tras deleitarnos con las vistas desde lo alto del mirador Sphinx (en español, la esfinje), descendimos hasta una pequeña senda de nieve por la que pudimos caminar por los alrededores del valle del Jungfrau y entre otras cosas hacernos “la foto” junto a la bandera Suiza 😉 ¡Ahí nos tenéis! 😀
El deleite de paisajes era constante. Realmente el entorno parecía un decorado. Llega un punto en el que te acostumbras y empiezas a tener la sensación de “no apreciarlo” 😀
Aquí tenéis a mi madre con el glaciar Aletsch y la conocida como Konkordiaplatz al fondo 🙂
Y por aquí las cabrillas locas de Diana y Julia haciendo el ganso frente a la desembocadura del glaciar. ¡Que por cierto!, ¡se puede recorrer de punto a punto en tirolina!
Sin darnos cuenta el sol poco a poco fue bajando en lo alto del mirador y con ella la aventura de ir al Jungfraujoch llegaría a su fin.
El viento helado se deslizaba a través de nuestra cara, la nieve y el hielo crujía bajo nuestros pies, frente a nosotros, la vista, nos quitaba el aliento: a un lado, el Mittelland hasta los Vosgos; al otro lado, el glaciar Aletsch, bordeado por cuatromiles. Cada paso en el Jungfraujoch te hace sentir en un mundo diferente.
A pocos minutos de coger el tren de regreso, una última cosa nos faltaría por hacer y sin la que no nos queríamos volver a España: ¡Mandar una carta!
Sí, habéis leído bien 😉 Muchos no lo saben pero en la estación Jungfraujoch está la oficina de correos más alta de Suiza desde donde podréis “autoenviaros” una postal con el sello postal de la oficina postal de la montaña. Tal vez lo veréis como una frikada pero os aseguro que es genial llegar a España y ver en el buzón la postal que os enviastéis con el sello del Jungfraujoch.
Y hasta aquí llegó nuestra experiencia a los pies del Jungfrau. Espero que este relato os haya ayudado y no solo sepáis cómo subir al Jungfraujoch sino también que nuestras emociones allá arriba os hayan terminado de decidir a vivir una de las experiencias más bonitas de Europa. Yo, si os sirve de algo, os diré que tras medio centenar de países alrededor del mundo, aún sigo recordando este día como uno de los más mágicos de mi vida.
Consejos para subir al Jungfraujoch
Llegados a este punto ya sabemos como llegar al Jungfraujoch desde Interlaken pero a continuación os dejo una serie de enlaces para que lleveis reservado desde España todo lo necesario no solo para hacer la excursión sino también para vuestra estancia en Interlaken:
- ALOJAMIENTO EN INTERLAKEN: Yo os aconsejo el sitio donde nosotros nos quedamos a dormir, el B&B nº8, un sitio cojonudo si queréis dormir lowcost y con cocina. Otras opciones igual de buenas es este hotel con vistas chulísimas o esta opción mucho mas lowcost que posiblemente sea la forma más barata de dormir en Interlaken. ¡Echadle un ojo! 😉
- TICKETS DEL TREN: Aquí os dejo un enlace para que compréis la excursión desde Interlaken. Podéis cancelarla hasta 48h antes.
- COCHE DE ALQUILER: Si estáis viajando por Suiza seguramente necesitéis coche de alquiler. Yo siempre utilizo este comparador de coches de alquiler donde podéis ver comentarios y puntuaciones de compañías. Lo bueno es que lo que pagas al reservar va a misa y luego no hay sorpresas.
- SEGURO DE VIAJE: Suiza es un país muy caro y si vais a hacer actividades de este tipo es bueno ir bien asegurado. Por aquí os dejo un enlace donde podéis leer mis experiencias con IATI Seguros que es con quien siempre viajo asegurado o bien contratar directamente desde aquí con un 5% de descuento que veréis aplicado simplemente por reservar desde este enlace ;-).
Con todo esto tendréis como ir desde Interlaken al Jungfraujoch sin problema alguno. Paralelamente os aconsejo llevar buen abrigo, un paraguas por si acaso, crema solar, gafas de sol y calzado de montaña. No olvidéis nada de esto que os digo porque es importante 😉
Ya sabéis que me podéis seguir también en mi cuenta de Instagram o a través de mi página facebook donde publico todos mis reportajes, tips y experiencias por el mundo 😉