A los pies del canal viejo de Utrecht, el Oudegracht, tuvimos una cita para conocer un restaurante, que a la vez es bar-cafetería y por las noches lugar de encuentro de jóvenes que se dan cita en su interior para mover el cucu con conciertos, discoteca y música en vivo.
El archiconocido local Winkel van Sinkel durante el 1800 fue unos grandes almacenes donde al parecer se vendía absolutamente de todo, de hecho, todavía muchos antiguos recuerdan y tararean el anuncio de los almacenes que venía a ser algo así:
“In de Winkel van Sinkel is alles te koop: daar kan men krijgen: mandjes met vijgen, doosjes pommenade, flesjes orgeade, hoeden en petten en …”
Que viene a decir mas o menos lo siguiente: “se vende de todo: botellas de horchata, cestas de higos, sombreros, botes de pomada, etc…” vamos, podría decirse que era lo que para nosotros hoy es un chino, pero más grande y con más caché, junto a un bonito canal y un toque holandés.
El interior es impresionante. Nosotros entramos subiendo la escalera principal, que te lleva directamente a la sala de actuaciones, conciertos en directo y baile, pero también se puede entrar por la cafetería-bar, donde podrás tomarte desde una copa a un café, o bien, por la parte baja del Oudegracht, que te llevará directamente al restaurante donde nosotros cenamos.
Si utilizáis este último acceso a partir de las 22.00, lo haréis a través de un túnel que representa al arco iris mediante una serie de luces de color que forman parte del Trajectum Lummen de Utrecht.
El restaurante se encuentra en la parte baja del edificio. Las sillas son bancos con cojines y la decoración está bastante chula, con luces rojas y elementos decorativos muy cachondos, como un paraguas colgando, guirnaldas de luces, etc…
Es un sitio bastante chulo para ir a comer con los amigos y “tapear”. Si, habéis leído bien, “tapear”. La verdad es que sabíamos mas o menos la historia del Winkel van Sinkel pero lo que no esperábamos era encontrarnos en un lugar así, en pleno corazón de holanda y con una decoración de ese tipo, una carta con tapas españolas y ligeras variaciones que las convertían en lo que podríamos denominar “cocina españolandesa”.
Nada más sentarnos nos dijeron que no nos preocupáramos por elegir, que tenían preparado un menú para nosotros, que nos dejáramos llevar vamos. Y así lo hicimos.
Lo primero, para abrir boca, 2 estupendas sangrías en vaso de medio litro y una cesta con pan y 2 tarritos, uno de alioli y otro de una especie de paté de oliva para que nos untáramos en el pan.
A continuación, una serie de entrantes entre las que estaban:
- Ensalada de la casa: Espinacas con
de queso de cabra y piñones. - Ensalada verde: Lechuga con tomates,
pepino, cebolla y salsa de yogurt - Ensalada de atún, con manzana y cebolla roja. Pediros un platito para probar, a nosotros fue de lo que más nos gustó. Recomendable.
- Chorizo y salchichón, con rodajotes de 1 centímetro, buenísimos
Casi sin terminarnos las primeras tapitas, nos trajeron un nuevo cargamento de tapas frías españolandesas:
- Aceitunas aliñadas: Es increíble como han aprendido estos holandeses aliñar aceitunas. Estas aceitunas estaban mejor que muchos bares de triana a los que he ido y lo dice un experto aceitunero como yo mismo me considero.
- Escalibada: Calabacines marinados con berenjenas y pimientos.
- Ensalada de patatas con pepinillos.
- Queso manchego y queso feta.
El tute de comer que nos pegamos estaba siendo de órdago. Llego un punto en el que me tuve que soltar el primer botón del pantalón y fue entonces cuando la camarera nos preguntó que si queríamos probar algunas tapas calientes, a lo que contesté “bueno venga…!”.
En 2 tandas y porque la camarera no tenía más hueco en la bandeja ni en la propia mesa, nos pusieron:
- Albóndigas españolas: Picantes y en salsa de tomate, superbuenas.
- Costillas de cerdo con miel, pasas y cebolla: Superrecomendable, de lo que más me gusto.
- Pollo al romero
- Pollo con higos
- Gambas a la marinera
- Tarta espinacas: Pasta de hojaldre con espinacas de queso de cabra y miel
- Tortilla Española: Una original y peculiar tortilla de patata con queso fundido en su interior. Superbuena y también recomendable.
- Setas al Jerez con queso parmesano: Deliciosas, no dudeis en pediros una tapita.
Mis ojos no daban crédito, un zampabollos de champions league como soy yo, con semejante manjar frente a nosotros. De la sangría pasamos al agua para hacer un poco de hueco y poder probarlo todo.
Para rematar, nos ofrecieron un postre y pedimos 2 especie de brownies con crema de chocolate, con la que Diana vio las estrellas, y una bola de crema con nueces. Buenísimo.
La verdad es que fue curioso comer platos nuestros, españoles, con esas variaciones peculiares que hacían distintas nuestras tapas más comunes. Los precios van desde los 3’5€ la tapa a los 7€, pero la mayoría rondan los 4€. Con 2 o 3 tapas que os pidáis, tenéis de sobra, os lo aseguro, mi gaznate es único en Europa y soy como las vacas, que tengo varios estómagos, así que, como dicen en algunos anuncios, no intentéis hacer esto en casa y visitad el Winkel van Sinkel.
Para más información podeis meteros en su página web y echarle una ojeada: www.dewinkelvansinkel.nl