Cuando la gente me pregunta sobre el “por qué” del nombre de este blog, automáticamente se me vienen a la cabeza experiencias y viajes como el de este post de Machu Picchu, en Perú, que a continuación os voy a narrar. Para mi, una parte esencial de los viajes es su legado. Un legado en forma de recuerdos, emociones y anécdotas que por mucho que pase el tiempo, revivirás una y otra vez en forma de divertidos cafés y noches repletas de batallitas con las personas con las que estuviste allí, recordando y volviendo a soñar con lo que hiciste.
Y es ahí, en esas batallitas, donde te parece que aquello que viviste pareció mentira. Te ves en esas fotos y no te crees que estuvieras ahí. En ese paisaje que tanto soñabas, en ese momento que tanto imaginabas. Y así, de esta forma que os cuento, nos sentimos aquel día en Machu Picchu. En una nube. Un sueño imaginado muchas veces.
Un sueño viajero que quiero compartir con vosotros intentando que de alguna forma viváis parte de lo que fue para nosotros el subir a Machu Picchu. Una experiencia con la que espero que os divirtáis, que aprendáis y sobre todo que os ayude a preparar vuestro viaje y empezar a soñar con él 🙂
¡En tren de Cuzco a Aguas Calientes!
La aventura arrancaría en Cuzco, donde dedicamos un día completo para ver la ciudad y sobre todo para aclimatar. Sí, aclimatar. No hay que olvidarse de que Cuzco está nada más y nada menos que a 3400 metros de altura y que aclimatar es súper importante. Mucho mate, cambiar el agua al canario cada 2 por 3, relax, paseítos sin forzar, comidas poco pesadas, una buena cama para soñar con lo que nos esperaba y… rumbo a Aguas Calientes, nuestra siguiente parada, estación base para subir a Machu Picchu y hasta la que llegaríamos en su famoso tren Vistadome.
El tren de Cuzco a Aguas Calientes es todo un clásico. Para ir a Machu Picchu hay 2 opciones: una primera, haciendo el conocido como Camino del Inca, que se realiza a pie desde Cuzco hasta Machu Picchu en 3-4 días; y la opción más relajada, que es por la que nosotros optamos, que se realiza en un espectacular tren panorámico.
Y entended como “tren panorámico” a un vagón prácticamente de cristal por paisajes tan maravillosos como este.
Como véis, la experiencia de ir a bordo de un bicho como el tren Vistadome de Perurail es única y desde el punto de vista paisajístico… brutal.
Miraras por donde miraras, aquello parecía un carrusel de postales andinas a un lado y otro del vagón. Una pasada
Aunque siempre hay quien en vez de ir a Machu Picchu parezca que lo llevan al matadero… atención a las caritas del personal 😀
Imaginad tres horas de recorrido por los paisajes del Valle de Ollantaytambo…
O del Valle de Urubamba, con ríos, cascadas, escarpadas montañas con terrazas agrícolas que aún se siguen cultivando y maravillosas postales de montañas de 3500-4000 metros de altitud que os dejarán maravillados.
La experiencia del Camino del Inca sin duda debe ser algo sin igual… pero no me negaréis que ir desde Cuzco a Machu Picchu en tren, en un sillón del taco, rodeado de ventanales y paisajes como estos…. no es una locura de chulo.
Y que decir de los camareros, todo el día con el: “Señoooor, nessssesssita algo? ¿todo correcto? Estoy para servirle ssssseñoooor”. En fin, seremos mochileros pero… qué diablos, por una vez en la vida voy a dejar que me traten de señor al igual que al protagonista del Monopoli que tenía frente a mi.
Y entre paisaje y paisaje, el recorrido se nos pasó volando bajo música andina y pequeños tentenpies elaborados con productos típicos de la zona. Una pasada!
Casí sin darnos tiempo a pestañear, pronto anunciaron por megafonía que estábamos llegando a Aguas Calientes. Parada final del trayecto donde nos bajaríamos y nos estableceríamos como campamento base para nuestro viaje a Machu Picchu.
Aguas Calientes, el pueblo de Machu Picchu
Aguas Calientes es también conocida como Machu Picchu Pueblo, y desde luego, de no ser por la antigua ciudad inca… por estos lares estarían muertos de pena. El pueblo se originó cuando construyeron las vías del tren que hemos ido recorriendo y tal y como véis en la foto… está metido en mitad de la nada más absoluta de la cordillera andina peruana a poco más de 2000 metros de altura.
En Machu Picchu como tal no hay forma de alojarse dada su ubicación geográfica, de modo que todo el que busque dónde domir para subir a Machu Picchu, de una forma u otra acaba haciéndolo en Aguas Calientes, que en bus queda a 30 minutos de nada de las ruinas de Machu Picchu.
Tras dar un poco de vueltas por las vías del tren del pueblo y comprobar el ritmo que estas tienen cuando no circulan trenes por ellas…
Pronto pusimos rumbo a nuestro hotel en Machu Picchu pueblo, junto al rio Vilcanota.
El hostel en Aguas Calientes que habíamos pillado tenía un poquito de todo.
Digamos que el concepto lowcost lo llevaban bastante a rajatabla con todo lo que ello conlleva…
Un señor desayuno de mierda con una extraña leche mezclada con agua, una puerta que no cerraba y agua caliente a ratos. Desde luego una ironía para el nombre del pueblo donde estábamos.
Pero bueno, por 10€ por persona y noche, en un pueblo donde TODO es caro, al menos podíamos disfrutar de una balconada con vistas al rio Vilcanota y sus montañas, la estación de tren estaba a 2 minutos y la parada del bus a Machu Picchu también.
En fin, estaréis de acuerdo en que podría haber sido mucho peor.
¡Rumbo a un sueño…! ¡Machu Picchu!
Tras acomodarnos, dejar las maletas grandes y coger la importantísima reserva para subir a Machu Picchu, billete que debéis traer impreso desde España para poder entrar a Machu Picchu (al final de este post os explico todo), pusimos rumbo a la taquilla de autobuses para comprar los tickets del siguiente autobús para subir a Machu Picchu.
Casi de refilón nos pareció ver desde la ventanilla del bus al Huayna Picchu, la famosa montaña que sale en todas las fotos. Fue casi como un fogonazo. Llenos de ilusión exclamamos: “¡creo que ahí está….!”. Y en poco más de 30 minutos llegamos a las taquillas de Machu Picchu, donde nos bajaríamos y acto seguido seríamos abordados por una gigantesca oleada de guías vendiendo sus servicios como becarios hambrientos de unas prácticas.
La idea de contratar un guía por Machu Picchu no entraba en nuestros planes y al principio dijimos que no. Primero porque nos apetecía ir más por libre y segundo porque nos pareció algo carillo el precio. Pero bueno, con algo de regateo del bueno y paciencia, nos lo abarató al precio que suele cobrarse, 20-30€ por persona y nos decidimos a contratarle. Sabía elección y ahora veréis por qué.
Hecho esto, sacamos nuestros tickets para entrar a Machu Picchu que traíamos impresos de casa, cruzamos la barrera electrónica y comenzamos a visitar Machu Picchu junto a nuestro guía.
Como un reguero de hormiguitas empezamos a subir junto a otras muchas personas las vertiginosas escalinatas de acceso a los miradores principales de Machu Picchu. Entre la emoción por llegar a ver la ansiada y mágica vista de Machu Picchu, los 2430 metros de altitud y las escaleras… yo creí que echaba “el gofe”, jajaja. ¡Menudo sofocón! Tomároslo con calma y no seáis tan agonías como nosotros.
Y entre escalera y escalera, de pronto… ¡puuummm…..! Sorpresa 🙂
Ahí la teníamos, la ciudad inca de Machu Picchu, una de las 7 nuevas maravillas del mundo. La fusión perfecta entre el más bello legado del hombre y la mano de la naturaleza.
Por fin. Por fin estábamos ahí 🙂
Magia, ilusión, emoción… un montón de sentimientos se nos pasaron por la cabeza al tener semejante paisaje justo ahí delante.
¿Será un holograma? ¿Estaremos metidos en un sueño? Jajajaja. Bromeábamos.
Lo habíamos visto tantas veces en televisión, revistas, Internet, que ahora… ahora parecía realmente mentira que lo tuviéramos frente a nosotros. Haced click en la imagen para disfrutarla mejor 😉
Era un sueño hecho realidad. Un sueño de esos en los que te pellizcas bien fuerte para despertar y darte cuenta de que realmente estás ahí.
Conociendo los secretos y curiosidades de Machu Picchu
Tras echarnos 247.231 fotografías desde el conocido por todos como mejor mirador de Machu Picchu con la gran montaña de Huayna Picchu al fondo, cruzamos la popular puerta de acceso a la ciudad y nuestro guía empezó a revelarnos mil y una curiosidades sobre Machu Picchu que nos dieron una perspectiva única del lugar donde nos encontrábamos.
Rodeados de terrazas dedicadas en su día al cultivo, montañas repletas de vegetación, nubes que jugueteaban entre ellas, chispeos intermitentes y alguna que otra llama pastando tranquilamente, conocimos el significado de Machu Picchu.
“Montaña vieja”, toda una fortaleza religiosa protegida de manera natural por el rio Urubamba junto a las preciosas montañas que lo rodean y que un yanki llamado Hiram Bingham descubrió de manera accidental. Lo que podríamos denominar como un auténtico braguetazo histórico.
A medida que avanzábamos por la ciudad me imaginaba lo que tuvo que ser aquel lugar en el año 1460 cuando el inca Pachacutec creó la ciudad. Imaginad por un momento todas estas casitas y callejones cubiertos por tejados de paja junto a campesinos cultivando las terrazas que rodean la ciudad.
Pagaría lo que fuera por ver la misma estampa con la que Hiram Bingham se topó al llegar cuando descubrió Machu Picchu aún habitada por campesinos.
Muchos piensan que Machu Picchu es la montaña grande que se ve en todas las imágenes, pero no. Esa montaña que veis es el Huayna Picchu, a la que se puede subir y trepar por un vertiginoso y bastante peligroso ascenso.
Machu Picchu es la montaña que está detrás de la ciudad. Esta que véis al fondo de esta fotografía.
Según nos dijo nuestro guía, en esos momentos éramos unos privilegiados dado que en un futuro es posible que el interior de la ciudad de Machu Picchu quede cerrada al visitante. Tan sólo podremos verla desde los miradores.
Este tema está aún un poco en el aire según nos comentó nuestro guía dado que la UNESCO está detrás de Perú para que cumplan una serie de requisitos de conservación.
Como comprenderéis, que accedan a las ruinas 5000 personas diarias es una barbaridad dado el desgaste y deterioro que esto supone para el yacimiento.
Por esa razón, si estás leyendo este post después de que ya no pueda ser paseada o simplemente no quisiste contratar un guía, aquí te dejo mi visita en vídeo (es larguito, coge palomitas) para poder ver por dentro Machu Picchu y conocer las muchas curiosidades que nuestro guía nos fue mostrando poco a poco.
Tras el descubrimiento de Machu Picchu, en 1912, hace tres telediarios como quien dice, se lió la pajarraca en toda sudamérica dado que no se sabía de la existencia de este lugar y su conservación era total y absoluta. Con 434 matojos más y un buen puñado de malas hierbas pero intacta.
Tened en cuenta que cuando los colonos entraron en América, arrasaron con todo a su paso. Destruyeron todo lo que se cruzaba en su camino y plantaban iglesias coloniales a la primera de cambio. Osea, que Machu Picchu sería hoy un pueblito con una bonita iglesia colonial y 30 puestos de souvenirs vendiendo imanes. Un horror.
Gracias a Dios, los colonos españoles nunca encontraron Machu Picchu y a día de hoy la ciudad se encuentra tal y como ellos la dejaron.
Parece mentira que todas estas construcciones se mantengan en pie a día de hoy como si nada. Igualito que mi piso de VPO que cada 2 por 3 está tocándonos los pendientes reales.
Aquí podéis ver uno de los paisajes más espectaculares de Machu Picchu que pudimos disfrutar desde uno de los miradores de la ciudadela. En esta panorámica donde podéis ver el templo del sol en el centro de ella (os aconsejo que hagáis click en ella para verla en grande)
Los incas, al igual que mayas y aztecas, controlaban muchísimo sobre el movimiento de los astros y al igual que sucede en lugares como Chichen Itza, el 21 de Junio, coincidiendo con el solsticio de Verano, el sol hace de las suyas en Machu Pichu. Es acojonante como esta gente sin medios ningunos eran capaces de calcular trayectorias, etc…
Pero si algo nos llamo verdaderamente la atención fue cómo observaban los astros los incas. Sobre pequeños charcos de agua veían reflejadas las costelaciones. Maravilloso. Se conoce que por aquel entonces ya sabían de buena tinta lo que era la tortículis. Aquí os dejo un vídeo donde nuestro guía nos lo explica.
Pero para curioso, el famoso templo del cóndor donde con un poco de imaginación veréis un cóndor gigante en forma de “V”, donde se ven las alas y el pico.
Según dicen cuando el sol impacta en estas rocas, en su destello se aprecia perfectamente al cóndor.
La idea de que sea un cóndor es debido a que se hacían rituales en torno a la fertilidad, ya que creían que el movimiento de las alas del cóndor movería las nubes agrupandolas formando lluvia que regaría los cultivos de Machu Picchu.
Un sueño hecho realidad
A lo largo de la mañana, continuamos paseando y conociendo nuevos miradores de Machu Picchu a cual más espectacular…
Seguimos recorriendo sus calles empedradas por las que parecía no haber pasado el tiempo…
Imaginamos como sería la vida y rutina sin turistas que un día allí habitó.
Y por supuesto disfrutamos de su entorno, el cañón del rio Urubamba.
Un escenario mágico que durante años ha sido testigo de uno de los secretos mejor guardados de la historia del ser humano en la tierra: la ciudad antigua de Machu Picchu, un sueño viajero para no olvidar.
Información práctica para vistar Machu Picchu
¿Cómo llegar a Machu Picchu desde Cuzco?
Desde Cuzco puedes optar por el Camino Inca, durante 4 días de trekking con porteadores o bien realizar el trayecto en tren en 3 modalidades de cabina diferentes. Los precios que os pongo son ida y vuelta desde Cuzco:
- Vistadome (el que yo cogí): 90 dólares
- Hiram Bingham: 397 dólares
- Expedition (como el Vistadome pero sin ventanas): 77 dólares
Yo sinceramente pillaría el Vistadome. Sin dudarlo vamos. El Hiram Bingham me parece un abuso. Para 3 horas no es necesario tanto lujo… francamente. Todos los billetes de estos trenes los podéis reservar desde la web de PeruRail.
¿Cómo subir desde Aguas Calientes a Machu Picchu?
Para subir desde Aguas Calientes a Machu Picchu tienes 2 opciones:
- Andando durante 1 hora de subida.
- En autobús, durante 30 minutos en salidas constantes.
Los billetes de autobús los puedes comprar en Aguas Calientes desde las 5.00 de la mañana. El primer bus sale a las 5.30 de la mañana.
Otra opción que tienes es la de comprarlo previamente en Cuzco en Av. Infancia 433 (Wanchaq) de 8 a 12:45 y de 15:00 a 18:00; o bien, en Avenida. Sol 380 (Interbank) de 9 a 13:00 y de 14:00 a 18:00.
¿Cuánto cuesta el autobús para subir a Machu Picchu?
Los precios en dólares para subir en bus a Machu Picchu son estos:
- Ticket de bus un sólo trayecto de ida (subida o bajada) $4.50
- Ticket de bus ida y vuelta (subida y bajada) $9.00
¿Hay donde comer en Machu Picchu?
Comer en Machu Picchu está prohibido, pero siempre puedes trincarte un bocadillo de estrangis. Esta es la opción lowcost para tiesos. La otra opción que te queda, es comer en el pequeño restaurante que hay allí de precios desorbitados.
¿Es peligroso subir al Huayna Picchu?
Para subir al Huayna Picchu hay que subir una serie de escaleras bastante empinadas no aptas para gente con vértigo. En los tramos más jodidos hay una barandilla pero eso no resta peligrosidad al ascenso y descenso. Hay que tener en cuenta que en Machu Picchu llueve muchísimo de modo que mucho cuidado con la roca mojada. Yo desde luego no me la jugaría con terreno humedo o mojado.
¿Cuál es la mejor época para subir a Machu Picchu?
De Abril a Noviembre es la mejor fecha sin duda alguna. De este modo evitarás las lluvias aunque ojo, esto no te hará evitar las nubes. Reserva un par de días al menos para visitar Machu Picchu por si uno te sale malo tener uno de margen.
¿Dónde dormir en Machu Picchu?
En Machu Picchu el único sitio para dormir con vistas al Huayna Picchu este hotel. El resto de hoteles, todos, están en Aguas Calientes. Para buscar un sitio guay donde dormir en Machu Picchu lo mejor es que consultes la web donde nosotros siempre miramos alojamientos baratos, introduzcas fechas y posteriormente eches un vistazo. Puntuaciones de 7 para arriba están genial. Si os da igual la puntuación porque vais de mochileras total, como nosotros hicimos :-D, lo suyo es que filtréis simplemente por precio y echéis un ojo. Aunque ya sabéis a lo que os arriesgáis.