Sin duda alguna, el safari por el Serengueti que hicimos de 4 días y 3 noches fue uno de los puntos más alucinantes de nuestro safari por Tanzania.
Los avistamientos que vivimos en la conocida como “llanura infinita”, que es el significado literal de Serengueti en suajili, os aseguro que para nosotros quedan… 🙂 Fueron muchos los momentos mágicos que vivimos en esta parte de nuestro viaje por Tanzania.
Así que, quedaros en este reportaje, porque con pelos y señales, voy a contaros como fue el minuto a minuto de nuestro viaje por el Parque Nacional del Serengueti, el más impresionante de Tanzania.
Consejos para ir de safari por el Serengueti
Antes de contaros el minuto a minuto de nuestro safari en Serengueti, voy a listaros 3 consejos que considero importantes para que lo tengáis muy en cuenta al elegir una buena agencia de viajes para ir a Tanzania. ¡Pillad papel y boli!
- COCHES: Muy importante viajar con coches nuevos. Muchas agencias van con coches nada renovados. De hecho vimos a muchísima gente tirada que tuvimos que ayudar. Incluso un par de coches volcaron en el rio Mara… de locos.
- HOTELES: En Serengueti están los mejores hoteles. Para una vez que se viaja a Tanzania… yo optaría por hacer noche en sitios bonitos como los que vais a ver en este artículo. Los días que vayáis a dormir en ellos, decid a los guías que lleguen unas horas antes del atardecer para disfrutarlos.
- 3 NOCHES: Nosotros nos dejamos aconsejar y fue todo un acierto. Como mínimo Serengueti merece 4 días y 3 noches. ¡Y digo como mínimo!
- PRISMÁTICOS: Pese a que los guías llevan prismáticos, lo ideal es no tener que andar compartiendo y en Serengueti, al haber grandísimas distancias, os aconsejo sí o sí llevar estos prismáticos para disfrutar muchísimo más de la experiencia.
Estos 4 consejos son los básicos que os recomiendo de cara a un safari por el Parque Nacional de Serengueti, sin embargo, os recomiendo 100% que leáis mi artículo de recomendaciones y consejos para viajar a Tanzania donde os cuento mucho más.
Safari por el Serengueti, la llanura infinita
Atrás dejábamos Arusha y Tarangire. Las dos paradas anteriores de nuestro viaje. Cambiaríamos el clima frio de Arusha en las faldas del Kilimanjaro y el Monte Neru, así como los baobabs de Tarangire, por las siluetas de las acacias y el clima seco y caliente del Serengueti.
Bien alto, nuestro guía Óscar nos dijo: “¡chicos! Bienvenidos a Serengueti!”. Y nada más entrar en el Parque Nacional a bordo del 4×4… pronto pudimos comprobar a qué se referían exactamente con los de “llanura infinita”.
¡Qué inmensidad de paisaje! Aquel camino parecía nunca acabar 😀
Y en cuanto a animales, hasta ese momento, por tal basta llanura… salvo algún avestruz, ¡ni rastro! Aquello parecía un desierto en todos los sentidos.
Sin embargo, cuando creíamos que en aquel horizonte no había ni una misera musaraña que acompañara a las avestruces… 😀 como por arte de magia, apareció una enorme familia de elefantes. Colosales, imponentes, majestuosos…
Resultó fascinante que emergieran de la nada 😀 Ahí aprendimos que en este Parque Nacional… ¡había que tener los ojos bien abiertos! Tras despedirnos de tan grandota familia, continuamos nuestro camino y después de un largo trayecto por gigantescas rectas, por fin, llegamos al primero de nuestros alojamientos en el Serengueti y uno de los más alucinantes del viaje. Ojito con el sitio en el que íbamos a dormir… ¡dentro vídeo!
Escoltados por dos masai, ya que el entorno está inmerso en territorio felino… llegamos a una villa ubicada en el borde de una colina, en altura, con impresionantes vistas a toda la llanura del Serengueti 🙂
Desde la cama podías ver todo el paisaje del Serengueti… ¡vaya sueño de lugar!
Teníamos un balcón panorámico impresionante…
¿Y qué me decís de esta ducha de exterior con vistas a la gran llanura? Menudo genio al que se le ocurrió tan maravillosa idea.
Pero lo mejor, sin duda alguna, la maravillosa piscina infinita del hotel… qué poquito tardamos en ponernos el bañador y vivir la experiencia de bañarse frente a un paisaje tan brutal como este!
Al caer el sol, nos maqueamos un poquito y como ya era de noche, por protocolo de seguridad tuvimos que llamar por teléfono a los masai para que nos escoltaran con sus flechas hasta el restaurante del hotel 😀
Es requisito indispensable ya que nos dijeron que a veces grandes felinos merodean la zona… ¡no hay que olvidar que no estamos en un zoo! 😀 Y esa cena con carnes al corte atrae a felinos y hasta a babuinos 😀 Jajaja
Primer día de safari por el Serengueti
Tras toda una noche donde tuvimos por banda sonora al sonido del rugido de leonas y leones cazando en la inmensa llanura que teníamos frente a nosotros… el sol comenzó a iluminar el Serengueti de manera mágica. Qué precioso despertar.
Y ojito al desayuno que nos metimos entre pecho y espalda (zumos, frutas, huevos, tortita…), junto a un enorme ventanal con vistas a la preciosa llanura africana donde el sol lentamente dibujaba el paisaje entre luces y sombras de acacias.
Con el sol fuera y las pilas bien cargadas, nos despedimos del Kubu Kubu y dimos pistoletazo de salida al primero de los días recorriendo “la gran llanura”… ¡la casa del rey león! Con el clásico “african massage” del camino tanzano 😀 Ya averiguaréis de qué se trata.
Un grupo de galllinas de Guinea fueron las primeras en darnos los buenos días…
Jirafas poniéndose púas comiendo las hojas más frescas de las acacias… ¿las véis?
Y tras ellas, preciosos grupos de cebras y alcélafos 🙂
La mañana parecía bien tranquila hasta que de pronto, Óscar, nuestro guía, logró ver… ¡no sé cómo! lo que parecían los restos de un banquete repleto de buitres…
Y… ¡eureka! así fue. Sus queridos autores, estaban más que cerca. Tan solo unos minutos después dimos con una preciosa familia de varias leonas y… ¡el rey de la selva!
Los tuvimos tan cerca que casi ni podíamos creer que por fin estuviéramos viviendo un momento tan bonito como este.
Fijáos qué siesta se estaban metiendo “las chicas” después de meterse entre pecho y espalda la cebra que visteis antes…
Por cosas así siempre digo que jamás hay que llevar a ningún niño a un zoo. Ver así, por primera vez, a un animal en libertad, es una experiencia fascinante. Saber que no hay nada que te separe a ti de él salvo el respeto mutuo. Estas en su casa. Son libres.
A lo largo de la mañana presenciamos lo que podríamos bautizar como “momentos National Geographic” 😀 Mirad qué escena tan maravillosa de elefantes desperdigados por las colinas…
Fueron varias las familias de elefantes que se nos fueron cruzando a lo largo del camino, con sus crías y un macho alfa vigilando la retaguardia dejando bien claro, con trompa y orejas, quién es el que manda.
Mirad belleza de lugar, qué praderas de pasto dorado… ¡qué escenas tan bonitas!
Cada vez eran más y más las cebras que se nos iban cruzando en el camino y por lo que nos comentaba Óscar, dada la época en la que estábamos, mes de Julio, todo apuntaba a que nos acercábamos al punto donde se concentraba la migración de los meses de Julio y Agosto.
Y de nuevo… ¡eureka! Estaban en lo cierto 🙂 Frente a nosotros apareció, poco a poco… ¡la Gran Migración…! Qué cantidad de animales… ¡se perdían en el horizonte! En estas fechas, literalmente millones de ñus y cebras migran desde el Serengueti en busca de pasto fresco hacia Kenia. Es un momento único.
Y allí, frente a ese escenario, nuestro querido Oscar nos propuso hacer uno de los picnic del viaje 😀 Sí, frente a toda la migración, bajo la sombra de una acacia y una mesita repleta de RIQUISIMA comida frente a nosotros… vivimos uno de los momentazos del viaje.
Tras una buena panzada… el sol poco a poco iría iniciando su descenso, pronto iniciaríamos el camino hacia el siguiente alojamiento y tal y como os decía al principio, de la nada, apareció un grupo de leonas que descansaban entre arbustos antes de iniciar la caza de la noche…
Y poco después, una familia de elefantes que nos dejó embobados casi por media hora.
Momentos así, al atardecer, viéndolos moverse en familia, tranquilos, en plena libertad, son de una felicidad extraordinaria muy difícil de olvidar.
Con el tiempo justo, Óscar, nuestro guía, hizo lo imposible por buscar el mejor spot para ver atardecer 🙂 ¿Quién no ha soñado alguna vez con esa imagen de acacias con un rojo atardecer como telón de fondo?
Completamente a oscuras, llegamos al segundo de nuestros alojamientos en Serengueti. En esta ocasión lo que se denomina un “tent camp” itinerante. En otras palabras, un campamento móvil y… sí, ¡también en mitad de la nada!
Aquí haríamos noche para a la mañana siguiente, bien temprano, a eso de las 4:00am… despertar entre legañones para vivir una de las experiencias más potentes del viaje: ¡un vuelo en globo sobre los paisajes del Serengueti! En el siguiente vídeo os muestro perfectamente cómo fue la experiencia.
Sobrevolar el rio Mara, ver desde arriba a los animales correr y apreciar la inmensidad del Serengueti al amanecer fue una de las experiencias más bonitas de nuestro safari por el Serengueti. Fijaos…
Aquí nos tenéis a Sima y a mi, felices en los cielos del Serengueti 🙂
El aterrizaje fue emocionante 😀 ¡Menudo derrape! Allí brindamos con champagne y nos llevaron hasta un claro, en mitad de la sabana, donde tenían instaladas unas carpas bajo las que sirvieron un maravilloso desayuno con huevos, frutas, jugos naturales…
A eso de las 11:00, volvimos a subirnos al 4×4 para seguir con la búsqueda de más animales 😉 Y en esta ocasión, la mañana empezaría con una alucinante charca de hipopótamos donde habría unos 40-50 ejemplares rebozándose en el lodo y… sí, tirándose 49 millones de pedos 😀 Jajaja. Menuda orquesta se traían y vaya olor 😀 Brutal.
Tras el momento “hipopedorril”, nuestros guías empezaron a tirar de walkie-talkie e iniciaron una expedición en equipo, junto a otros guías, para coordinarse y pillar a los grandes gatos. Parecíamos en una peli de detectives buscando a un fugitivo 😀 Y sí, la búsqueda dio frutos. Primero con una preciosa familia descansando bajo la sombra de una preciosa acacia…
Fueron horas de muchos, muchos kilómetros tratando de darle caza… y finalmente, tras muchísima insistencia y sobre todo pericia de nuestros guías orientándose por caminos donde ni el GPS del móvil me reconocía… apareció un maravilloso leopardo encaramado en la rama de un árbol…
¡Y sí! También el esquivo guepardo… que cuando lo vimos a lo lejos, en ese escenario tan bonito… ¡nos dejo boquiabiertos!
Qué decir cuando se arrancó y empezó a correr a toda velocidad por esas impresionantes praderas ¡qué maravilla de animal! No olvidéis que es el más rápido del planeta pudiendo alcanzar los 130 kilómetros a la hora.
Tras el premio, regresamos al tercer y último alojamiento que tendríamos en el Serengueti… todo un sueño de lugar del que nos habían hablado maravillas.
Como una imagen vale más que 1000 palabras, en este caso, un video vale por dos 😀 Así que por aquí os dejo vídeo del último alojamiento en el que nos alojaríamos en el Serengueti:
La imagen que todos hemos tenido alguna vez de alojamiento rollo “Memorias de África” fue este sitio al 100% 🙂 Los pequeños detalles estaban por todas partes.
Fijáos qué pasada de baño, ¡qué bañera!
El sol poco a poco fue cayendo y tras un intenso día que arrancaba con el vuelo en globo al amanecer, apretamos el botón del “pause” y esperamos hasta la hora de la cena sentados en el porche de la tienda.
Aquella noche fue muy especial. Quizás la cena más guay de todas y por eso mismo tal vez no haya foto. Nuestros guías y nosotros, charlamos de muchas cosas. De la vida, de las prioridades de cada uno, la familia, los amigos… fue un momento súper enriquecedor. La última cena en Serengueti.
Namiru, la casa del león
Tras toda una noche de sonidos de animales merodeando el campamento, que resultaron ser hienas… nuestro cuarto y último día de safari por el Parque Nacional del Serengueti nos nos depararía uno de los días más increíbles de nuestra ruta por Tanzania.
Tras un buen desayuno y con el sol aún asomando tímidamente, emprendimos rumbo entre acacias hacia el Namiru, como le conocen a la que llaman “la casa del león”, la zona de mayor concentración de felinos del Serengueti.
Namiru es de las zonas más alejadas del Serengueti. No todos los guías van debido a lo lejos que está de la mayoría de alojamientos, y además, guiarse por sus caminos es solo para guías expertos. Es un laberinto donde es muy fácil perderse… y precisamente en mitad de uno de esos laberintos… apareció una de las escenas más bonitas y que jamás olvidaré en mi vida.
Dos preciosos cachorros de león jugando con su madre 🙂
En esta zona de Tanzania se inspiraron para la película El Rey León. Las piedras, paisaje y cantidad de leones que se ven sirvieron para poner cara a la película. Y sino… juzgad vosotros mismos.
Un par de lagrimones cayeron por mi cara. Solté la cámara y me dediqué a observarles. Estábamos solos, el sol aún no estaba 100% fuera y la escena que teníamos ante nosotros era el sueño de todo aquel que desea viajar a África.
Tras este momento tan bonito, con mucha pena… dimos por finalizado nuestro safari en el Serengueti y emprendimos rumbo al Parque Nacional del Ngorongoro, la siguiente parada y otra de las cosas que ver en Tanzania que resultaron más bonitas e impresionantes de nuestro viaje.
¿Mejor agencia para ir al Serengueti?
Si me preguntáis por la mejor agencia de viajes para hacer un safari por el Serengueti, creo que con este reportaje os respondo 😀 Nuestros guías y agencia con la que viajamos creo que cumplieron TODAS nuestras expectativas.
Por eso mismo, rellenando este formulario podéis contactarles y pedirles de hacer un viaje como el nuestro, no solo por Serengueti, sino por toda Tanzania. Y sí, son guías de habla hispana 😉 ¡Aquí os dejo el contacto!
Atrás quedaban 4 días y 3 noches maravillosas, que Óscar nuestro guía, hizo posible gracias a su implicación. Estos viajes no es el dónde sino el cómo y os aseguro que sin ellos el mejor safari por el Serengueti no habría sido posible.