Más allá del Cristo redentor, las playas de Ipanema, Copacabana, la samba, el carnaval o el mismísimo fútbol, una de las ineludibles postales de Río de Janeiro es la de alguna de sus más de 750 favelas. Casi 12 millones de brasileños viven en ellas, de los cuales 2 millones corresponden sólo a Río de Janeiro.
Las favelas han protagonizado el escenario de innumerables películas e historias que han atravesado fronteras. Son muchas las leyendas macabras que salen de estos barrios y que han colgado el San Benito de lugar prohibido para turistas a estos lugares.
Sin embargo, llamadme masoca pero mi enorme curiosidad por este tipo de lugares no tiene explicación y antes de viajar a Río de Janeiro me informé de la mejor forma de visitar una favela, dando con una serie de contactos con los que a día de hoy era posible visitar alguna de las favelas más famosas de Río de Janeiro.
Por un módico precio, estos “guías” te sabrán mover sin riesgo alguno por algunas de sus callejuelas, os contarán historias acongojantes y os harán un repaso de la historia que encierra estos barrios.
En nuestro caso contactamos con Leyla, una señora que hace de guía en Río de Janeiro y que decía conocer bien las partes bajas de la famosa favela de Rocinha, la que fue una de las favelas más grandes y peligrosas de toda Brasil.
Favelas como Rocinha están formadas por enormes laberintos donde perderse es muy fácil. La disposición de las casitas que las forman no ha sido diseñadas por ningún arquitecto. El orden de las casas, calles y pasadizos fue decidido bajo el “aquí te pillo y aquí te mato” (bromas a parte). De modo que… aunque vayas “guiado” por un local… el mejor consejo para visitar una favela es poner ojos en todos lados, estar atento de no despirtarte ni un momento, no pararte si alguien te pide algo y ni mucho menos exhibir demasiado objetos de valor como cámaras, móviles, etc… sentido común.
El hecho de visitar una favela en Río de Janeiro a muchos le puede parecer algo de mal gusto. Una visita innecesaria y de las denominadas como “turismo negro” por eso de ir buscando el morbo de visitar un sitio “prohibido”, inseguro, peligroso y cargado de corrupción.
En mi caso, si visité una favela fue por el simple hecho de poner cara a todo lo que he oído y a una parte importantísima de la historia de Brasil. Soy un curioso innato y no podía irme de Río de Janeiro sin pasear por alguna calle de favelas como Rocinha. Si tu actitud en ellas es respetuosa, el hecho de visitarlas no debe ser ningún “dilema moral”. Para demagogias siempre hay tiempo y yo las odio.
La historia de las favelas de Brasil
El origen de las favelas se remonta al 1888 cuando en Río de Janeiro se aprobó la Ley Aurea. Esta ley supuso la abolición de la esclavitud en Brasil y millones de personas tuvieron que buscar un nuevo hueco en la sociedad. Estas personas que en su mayoría eran esclavos negros, mestizos y población indígena, se fue colocando en lo alto de los cerros de las grandes ciudades.
Estos cerros, en su mayoría cerca de zonas de pasta, supusieron el lugar ideal para sus asentamientos ya que de este modo a penas gastarían en transporte hasta sus trabajos en las zonas de comercios y núcleos urbanos de mayor nivel económico. Esta es la razón de que vayas por Río de Janeiro y te encuentres con estampas como esta que os pongo a continuación donde ves pisos del taco Paco junto a las humildes favelas.
Contrastes brutales que recorren el mundo como icono perfecto de lo que son las diferencias sociales.
¿Y por qué ese nombre? Pues según dicen, porque la primera favela se estableció en un cerro donde había plantada “faveila”, una especie de ortiga que cubría el cerro y que con el tiempo derivó al nombre de “favela”.
Un nido perfecto para ladrones y corrupción
Con los años las favelas fueron creciendo y creciendo y dado que estaban construidas en lugares muy inaccesibles, a la par que laberínticos, poco a poco fueron convirtiéndose en nido de ladrones y narcotraficantes.
Según nos dijeron, la mayoría de capos de la droga viven en las partes altas. La razón de esto es debido a que si la policía intentara entrar, desde que entra en la favela hasta que logra llegar hasta arriba, el narco ya habría logrado huir. Y en esto que os cuento radica el problema de las favelas: “son nidos perfectos”.
Las favelas poco a poco fueron contaminándose por este tipo de gente. La delincuencia las inundó y poco a poco fueron sucediéndose numeritos varios relacionados con la droga: ajustes de cuentas, redadas, tiroteos, etc…
El dinero entraba a raudales a causa de la droga hasta el punto de que muchos de estos grupos de la droga llegaron a armarse tanto o más que el propio ejercito brasileño. No te será dificil ver a la policía como a auténticos SWATS. No me negaréis que toparte con esta gente de frente acojona un huevo.
Pues bien, estos polis, que a priori pueden llegar a parecer un símbolo de seguridad, muchas veces han sido lo contrario. A día de hoy, tal vez por la proximidad del mundial de fútbol y de las olimpiadas de 2016, la cosa parece un tanto más “controlada” pero estos policías han llegado a unirse a los narcotraficantes como perfectos ejemplos de corrupción.
La droga llegó al gobierno y los narcotraficantes llegaron incluso a controlar a sectores del gobierno dada su influencia.
Fijaos hasta el punto que llegó la cosa que en el año 2010, el gobierno entró en una de estas favelas para poner un poco de orden entrando a lo bestia en una de las favelas más grandes de Brasil, la de Vila Cruzeiro, armados con tanques y todo el ejercito brasileño.
Como veis, el panorama que se ha vivido en estos lugares no es cualquier cosa. A día de hoy, tal como decía antes, muchas de estas favelas ya han sido “pacificadas”. Prueba de ello son estas oficinas que encontraréis de color azul que son cuarteles perfectamente armados encargados de mantener la “paz y control” que tras entrar con el ejercito en ellas ya se ha conseguido.
Nuestra visita a la favela Rocinha
Con ganas de poner cara al escenario de todas estas historias llegamos a la favela de Rocinha.
Según llegamos, atravesamos una de las avenidas principales de la favela y lo primero que nos llamó mucho la atención la cantidad de “moto taxi” que encontramos en la parte baja.
Era un ir y venir sin descanso. Al parecer es el mejor medio de transporte dentro de la favela. Las calles son muy estrechas y empinadas y la mejor forma de llegar a las partes altas es en este curioso medio de transporte público que a diario utilizan cientos de personas.
La hora de comer llegó y Leyla, nuestra guía en la favela, nos propuso ir a un garito auténtico dentro de la favela Rocinha donde poder comer comida típida brasileña.
El sitio podría parecer lo que aquí en España viene siendo un chiringuito de playa. Imaginad eso mismo pero dentro de una favela. Según llegamos nos sentamos en una de las mesas que había pegadas a un ventanal que daba a una de las calles principales de la favela. Sin duda alguna, aquel almuerzo sería de los más originales y entretenidos del viaje. ¡No todos los días se come en un sitio así!
De beber me atreví con el “Guaraná”. Un refresco muy brasileño que al parecer allí se consume mucho. El sabor es como a manzana. No está mal pero… yo prefiero mi fanta de naranja, jeje.
Y de comer, uno de los platos más típicos de Brasil, una feijoada acompañada de un buen filetón. La feijoada es considerada por muchos el plato oficial de Brasil. Un guiso elaborado a partir de frijoles negros que desde luego no tiene nada que envidiar a muchos de nuestros guisos.
No hay nada que temer…
Tras el almuerzo, continuamos nuestro paseo por la favela. Mi sensación fue de seguridad absoluta. Según nos dijeron, muchas veces el lugar más seguro es la favela. Los narcos no quieren follón de puertas para adentro y controlan mucho los delitos en el interior de las favelas.
Desde mi punto de vista, si viajas a Río de Janeiro ir a una favela es algo fundamental. Poder poner cara a las situaciones cotidianas del día a día dentro de la favela, a esas calles laberínticas, a ese caos “ordenado” así como esas miradas de pequeños y mayores que sobreviven dentro de un caos que para ellos es natural, es como digo, algo imprescindible e importante si quieres entender la historia y vida de una gran ciudad como Río de Janeiro.
Información práctica si quieres vivir esta experiencia
¿Cómo ir a una favela?
Como poder, puedes ir por libre, pero yo os aconsejo que contratéis algún guía local para ello. No sólo porque os guiará por los sitios más interesantes y os contará curiosidades que de otra forma no sabríais, sino porque las favelas son enormes laberintos donde perderse es bastante fácil.
¿Es peligroso visitar una favela?
Como en cualquier lugar del mundo hay que tener un mínimo de precauciones. Tal y como decía arriba… un poco de sentido común: no enseñar mucho objetos de valor tales como cámaras, móviles, etc…, no pararse mucho con desconocidos y no meterse por sitios raros te evitarán muchos follones. Aún así, una favela tampoco es que sea un monasterio y si vas con un guía reducirás mucho las posibilidades de tener un jaleo en ella.
¿Es necesario llevar seguro de viaje para Rio de Janeiro?
Como para cualquier viaje, recomiendo ampliamente el llevar un seguro. No tiene porque pasarte nada pero es mejor llevar cubierta la retaguardia con un buen seguro. Recuerda que por ser lector de Diario de un Mentiroso te llevas un 5% de descuento en la aseguradora de IATI Seguros, que es la que yo uso en mis viajes!
Impresionantes las fotos y el relato muy cercano. Si antes ya tenía ganas de visitar la favela, ahora tengo más ganas aún, y sé (más o menos) cómo hacerlo.
¡Saludos!
Me alegro de que te haya gustado Haritz. Es una parte muy importante de Brasil que ningún viajero debe perderse si visita Rio de Janeiro 🙂
Vaya par de huevazos que tienes!!!
Me ha encantado el artículo! Fantástico, conozco Río, pero no las favelas así que después de leer tu experiencia no lo dudo 😉
Me alegro de que os guste! 😉 Abrazo!
Muy buen reportaje! y unas fotos increíbles!
Además…sois muy valientes jejeje
Un saludo,
Vero.
Gracias Vero! A ver si con este reportaje la gente se anima a visitar una favela! 😉 pero con precauciones claro!
De lo mejor que he leído sobre Brasil , espectacular Miguel, chepeau , yo también soy de los que considero que si se desea se debe visitar las favelas, no olvidemos que en los viajes lo que se busca es el contacto con la gente local y en estos slums…. es lo que se encuentra.
Todavía no he visitado Brasil, tengo muchas ganas, además de practicar mi portugués de Brasil me apetece conocer este maravilloso país.
Te doy las gracias por compartir este artículo, no se puede hacer mejor.
Jesús
Vero4travel
Muchas gracias Jesús! 😉 Me alegro un montón de que te guste el artículo ^^
Hola. Vivo en río, voy a contaros un par de cosas.
Lo primero, las favelas en sí no se formaron solo a partir de que se abolió la esclavitud, es decir, no fue ese el único motivo ni el desencadenante. La historia básicamente es así, por los años después de la abolición de la esclavitud gente empezó a vivir en los morros, pero eran demasiado pocos para denominarse favelas.
Los desalojaron (sólo a unos 2000) y algunos pidieron permiso para ponerse en otro morro, a lo que también unos militares pidieron permiso para ponerse en otro morro.
Y aquí es donde empieza a conocerse la cosa como favelas, cuando unos 20.000 militares vienen de una guerra y no tienen donde morar. Se llaman favelas porque esos militares estaban destinados en un sitio donde había un morro que se llamaba favela, por la planta está que causa irritación.
https://pt.wikipedia.org/wiki/Favelas_no_Brasil#Hist.C3.B3ria
– Las favelas son más seguras de lo que se piensa, sobre todo en río ya que muchas están pacificadas. Eso si, de noche yo no me acercaría ni de broma.
Hay demasiada policía y prefieren que esté todo tranquilo. Además según cuentan si robas en una favela, estas muerto. También por eso dicen que las zonas más peligrosas son las que están alrededor de las favelas. Pero esto son más dichos que otra cosa.
– Aún no siendo megapeligroso y aún habiendo policía mueren todos los días muchas personas en las favelas. La policía en Brasil mata todos los días 5 personas. Sólo la policía. Ni os cuento el número de aasaltos.
– Un «truco» que usa mucha gente es el de cuando entra a una favela ir a un bar a tomar algo, así «ven» que vas a gastar dinero. Se están dando cuenta de que es una buena fuente de ingresos.
Si queréis saber algo más, preguntad.
Precioso documento gráfico y una gran historia de la realidad de Brasil.
Un saludo
Vietnamitas en Madridi
Muy bueno señor Migué… muy bueno!!
Más ganas aún de ir a Río. Un reportaje fabuloso con unas imágenes muy muy profesionales.
Enhorabuena!
Sele
Gracias Sele 😉 Río no te puede faltar tio!
Una pasada el artículo, dan ganas de conocerlo. Las fotos, estupendas como ya se ha dicho, no transmiten sensación de peligro. Parecen de un barrio muy humilde pero no se percibe una tensión aparente…
Bravo
Saludos
Uno de los mejores posts que he visto en mucho tiempo. Muy buena narración y las fotografías que lo acompañan son excelentes, además hay que reconocer el riesgo que debe haber supuesto tomar algunas de ellas.
Me encanta Brasil, hay tanto por ver, en especial en Febrero que todo se transforma en celebración.
Éxitos.
Muy buen post sobre la Rocinha. Yo, pasé una semana en Río y no me atreví a visitarla… Aunque desde el fuerte de Copacabana se divisaba perfectamente. Me han encantado las fotografías! Un abrazo
Gracias ha todos que visitaron ha mi Patria.
como dice el reportero las favelas no son proibidas y ademas ha hora estan todavia más asequibles con todas las policias que ay alli. Yo les puedo asegurar que ai lugares en europa que pueden tener mucho más peligro que una favela…