Si buscáis el mejor crucero por el Nilo de lujo, en este reportaje voy a enseñaros cómo fue nuestro viaje en Dahabiya, unas preciosas embarcaciones a vela y un máximo de 5 habitaciones que hasta mediados de 1800 era la única forma en la que se navegaba el Nilo junto a las clásicas falucas.
Cuando aún planeábamos nuestra ruta por Egipto, supimos de la existencia de las dahabiyas por el documental de Netflix “Journey down the Nile”. Fue verlo y decir… ¡wau! 😀 Pero no os creáis que fue fácil. Nos costó decidirnos ya que el precio de estos barcos, en comparación a los cruceros tradicionales, era casi el doble… Sin embargo, a día de hoy, tras haber vivido la experiencia, puedo deciros con total seguridad que nuestro crucero por el Nilo de 4 días en Dahabiya fue la mejor parte de las 3 semanas que pasamos por Egipto.
De modo que si buscas un crucero por el Nilo, opiniones sinceras, fotos del día a día, los pros de uno y los contras de otro… de este reportaje vas a salir con las ideas súper claras.
¿Cuál es el mejor crucero por el Nilo?
Antes de ayudaros a elegir el mejor crucero por el Nilo primeramente tenéis que saber las 3 modalidades de embarcación y formas que tenéis de navegar por Egipto:
- MODO AVENTURA: en faluca, unos pequeños barcos de vela que normalmente se contratan para un paseito de 1-2h pero que también es posible contratarlos para 3-4 noches.
- MODO CLÁSICO: en crucero tradicional, también conocidos como motonaves, de varias plantas con piscina arriba y capacidad para 300-400 personas.
- MODO ROMÁNTICO: en dahabiya, embarcaciones a vela con un máximo de 5 habitaciones que combinan vela y motor.
Según el tipo de viajero que seas, tu presupuesto y ganas de vivir una u otra experiencia… tendrás que elegir cual es el mejor crucero por el Nilo para ti 😉 Pero como imagino que no tienes ni papa de en qué consiste cada uno de ellos… tranquilo, que más abajo te ayudaré a elegir entre uno y otro con sus pros y contras.
¿Cuánto cuesta un crucero por el Nilo?
Ahora bien, ¿qué precio tiene un crucero por el Nilo? Pues va a depender del número de noches, que según si vais de Luxor a Asuan (contracorriente) o de Asuan a Luxor (a favor de la corriente), será de 4 días y 3 noches o de 5 días y 4 noches.
Nosotros hicimos el crucero de 4 días por el Nilo desde Asuán a Luxor. El de 5 días, creo que es innecesario y el precio se os dispara bastante. Para haceros una idea, para un total de 4 días y 3 noches: en faluca os saldría 60-90€ por persona; en crucero tradicional por 300-400€ por persona; y en dahabiya por 600-700€ por persona. Hablo de totales 😉
¿Cual es el mejor crucero por el Nilo?
A continuación os dejo una tablita con “pros” y “contras” de las tres modalidades de crucero que tenéis por el Nilo.
PROS | CONTRAS | |
Faluca | El precio y la cosa de poder decir que vivisteis la aventura de vivir la forma más clásica de recorrer el Nilo. | La lista es grande. Pero el mayor de ellos es que no tenéis baño a bordo, dormiréis en la cubierta con mosquitera, dependéis del viento para cumplir trayectos y no incluye entradas ni comidas. No es posible reservar desde aquí. |
Crucero convencional | La relación calidad y precio es asequible y el proceso de reserva muy sencillo y automático. | Visitas MUY masificadas. Comida y limpieza son arbitrarias… te puede tocar bueno como muy malo. Muy contaminantes. |
Dahabiya | Barcos de 5 camarotes máximo, comida maravillosa y variada, visitas a templos en solitario, se hacen paradas que en los cruceros no se hacen, son menos contaminantes y colaboran con proyectos locales. | Lo único, el precio. Al reservar tendréis que enviar un formulario de contacto y tener paciencia porque demoran en contestar mensajes. |
En mi opinión… en este caso… lo barato sale caro. Como os decíamos al principio, nosotros recorrimos el Nilo en dahabiya con esta empresa a la que podéis contactar desde aquí. Y comparando nuestra experiencia con la que escuchamos de otros viajeros que habían navegado en crucero convencional… solo os puedo decir que nos contaban horrores de las masificaciones que encontraron en los templos, ¡que nosotros visitamos sin nadie!
Un crucero por el Nilo no es solo el barco. Es también la experiencia de conocer la vida del Nilo, sus templos, poblados, interactuar con sus gentes… y la experiencia puede verse bastante enturbiada si estas visitas las haces como si estuvieras en Port Aventura rodeados de miles de personas.
El mejor crucero por el Nilo de lujo
Si buscáis un crucero por el Nilo barato, no os importan las masificaciones o bien no podéis permitiros el precio de una dahabiya, la mejor opción es este crucero de VIATOR, cuyas reseñas son bastante buenas en comparación a otros proveedores.
Ahora bien, si lo que queréis es un crucero por el Nilo de lujo, pero lujo de verdad, vuestra opción ideal, sí o sí, es la dahabiya. Es más… si no os cuadra en precio, yo esperaría a hacer el viaje a Egipto para vivir la experiencia en ella 😀 En este plan me pongo.
Pero como una imagen vale más que 1000 palabras, por aquí os dejo un pequeño vídeo de 4 minutos donde os muestro algunas pinceladas de cómo es el barco:
Sin enrollarme más, y sin trampa ni cartón, a continuación paso a mostraros el día por día de nuestro viaje en dahabiya 😉 ¡Venid y subid a bordo del mejor crucero por el Nilo de lujo de 4 días y 3 noches!, ¡vamos que zarpamos!
Día 1: Embarcamos y primer atardecer
Nuestra idílica aventura por el Nilo arrancaría en nuestro alojamiento de Gharb Soheil, el poblado nubio en el que estuvimos alojados a 10 minutos de Asuán. A eso de las 13:00pm una furgoneta nos recogió y tras recoger a una de las 4 parejas que iría con nosotros en el barco, conocimos la que sería nuestra casa y tripulación para los próximos 4 días.
Para este primer día, el plan, aparte del maravilloso almuerzo y cena que tuvimos, sería practicar lo que viene siendo el “bello arte de no hacer nada”. O lo que es lo mismo, relajarse a la brisa del Nilo. Y eso, en una dahabiya tan grande donde tan solo hay 5 habitaciones… creedme que es muy fácil porque sientes que vas solo en el barco.
Esta que veis es la cubierta superior del barco, ¡no sé la de horas que echamos en ella!
Qué agradable, cuántos recuerdos y conversaciones maravillosas tuvimos en ella mientras pasábamos por orillas repletas de vida. El Nilo la savia de este país y recorriéndolo es la mejor forma de comprobarlo 🙂 Multitud de familias pasan el día en ella, los niños corretean sus orilla de arriba a abajo, campesinos y pescadores se ganan la vida de muchísimas maneras; y caballos, burros, mulos y búfalos, nadan buscando alimento entre la vegetación.
Tras horas embobados, llegó el primer atardecer, echamos el ancla en mitad de la nada junto a unos juncos rodeados de palmeras…
Ya sin luz y después de la primera cena, pusimos rumbo al camarote bajo el sonido del tintineo del agua y centenares de grillitos. Buscaba un crucero de lujo por el Nilo y esto era justo lo que buscaba. Silencio, contacto con el rio… 🙂 Con la emoción de saber que esto solo acababa de empezar pronto nos quedamos sopa poniendo punto y seguido a la primera de las jornadas.
Día 2: Daraw, Kom Ombo y El Silsila
La primera mañana de nuestro crucero en dahabiya por el Nilo nos dio los buenos días con un impresionante amanecer bajo el sonido de cientos de pájaros y praderas donde pastaban animales rodeados de preciosos palmerales…
Lo guay de la dahabiya es que antes de que despiertes, el barco zarpa y amaneces “por sorpresa” en lugares de postal como este…
Tras desayunar, bajamos del barco y los 10 integrantes de la dahabiya pusimos rumbo a Daraw, una pequeña población muy local donde no suelen parar los clásicos cruceros en motonave por el Nilo, pero que en el caso de la Dahabiya no solo sí que se para sino que desembarcas te subes en transporte local y recorres sus calles y zocos.
Una vez en Daraw, encontramos lo que los guías nos dijeron que es el “Egipto real”. El verdadero Egipto de a día de hoy donde no se venden souvenirs y donde sus habitantes se sorprenden al verte por allí con la cámara. Y prueba de ese ejemplo fue el Mercado de camellos, donde centenares de comerciantes venden y compran camellos para carne y transporte. Fueron duras algunas imágenes… pero como ya nos avisaron, esto también es Egipto… por muy duro que sea verlo.
De allí saltamos al mercado de frutas y verduras, donde pudimos comprar frutas para el medio día, hablar con los lugareños y ver escenas del día a día que en grandes ciudades como Luxor, El Cairo o Asuán son más complicadas de ver.
Y por último pusimos rumbo al templo de Kom Ombo, una de las grandes paradas de la jornada. Este templo se levantó en un lugar, donde en tiempos, los cocodrilos solían poner sus huevos, animal que para los egipcios era sagrado al ser “el protector del Nilo”. Para ellos, ver a este animal atacar a todo aquel que se acercaba al agua, simbolizaba protección del rio.
En el templo estuvimos literalmente solos. Lo recorrimos bajo el sonido de los pájaros… y fue alucinante. Y de allí, a tan solo unos minutos a pie, pusimos rumbo al museo del cocodrilo de Kom Ombo, donde encontramos momias de cocodrilos gigantes que por aquel entonces frecuentaban estas aguas.
Tras una mañana de visitas, regresamos al barco, almorzamos y de nuevo… relax por la cubierta del barco disfrutando de la maravillosa brisa del Nilo. Para mi, de verdad que el rio más bonito que he visto en todos mis años de viajes.
Y cuando ya creíamos que no visitaríamos nada más, poco antes del atardecer, la dahabiya echó de nuevo el ancla en otro peculiar sitio donde tampoco paran los cruceros tradicionales: Gebel El Silsila.
A medio camino entre Asuan y Luxor, en esta zona, se encontraban las canteras desde las que se sacaba la piedra para levantar templos como el de Karnak, Luxor o los colosos de Memnon.
Como veis en el vídeo, toda la zona está repleta de pasadizos y pequeñas capillas que por lo que nos contaron, se cree que son las primeras del antiguo Egipto. Toda la zona está repleta de ellas y pasear, curiosear, entrar y salir por ellas nos hizo sentir que éramos auténticos exploradores.
Tras caminar por las tumbas y canteras de Gebel El Silsila, subimos de nuevo a la dahabiya y regresamos a la cubierta del barco donde nos esperaría una mesa con té y galletitas. Había llegado el “tea time”. Un clásico que nunca falta al atardecer y para el que te avisan para ver la puesta de sol como si fuese un ritual.
Bajo un mágico atardecer entre destellos y brumas rodeando las orillas del Nilo, este segundo día se desvanecería con el mejor de los sabores de boca.
Día 3: Isla de Bisaw y Edfu
En el tercer día de nuestro viaje en barco por el Nilo amanecimos a orillas del poblado de Bisaw, una isla en mitad del Nilo donde habitan un millar de personas donde pasaríamos la mañana conociendo cómo viven.
La primera de las paradas fue en los bajos de la casa de una familia donde encontramos a una señora amasando un tipo de pan llamado “fatayer” que un ratito después desayunaríamos todos juntos en su casa.
Aquí nos tenéis al grupo entero en el desayuno 🙂
Después del desayuno, dimos un paseo por toda la isla, nos enseñaron como Samir, el dueño de la empresa de dahabiyas, contribuye con los ingresos que dejamos viajeros como nosotros al desarrollo de poblados como Bisaw, construyendo pequeñas clínicas y colegios. Y tras esto, subimos a unas pequeñas barcas y acompañamos a los pescadores del pueblo en su pesca diaria.
Y sí, ¡hubo suerte! 😀 No os podéis imaginar la que se armó cuando los peces empezaron a entrar en las redes 😀 ¡Menudo jaleo! En las stories de Egipto de mi cuenta de Instagram lo podéis ver.
Tras la visita a Bisaw, regresamos al barco y pondríamos rumbo a Edfu, atravesando muchísimos campos de cultivo y pequeñas playas repletas de vida y alegres muchachitos que siempre que veían el barco se ponían a saludar.
De nuevo, nos decían: “aquí tenéis el Egipto real”. La vida entorno al Nilo, la fuente de vida de Egipto 🙂 Un país, que sin sus aguas, no se entiende. La cantidad de escenas que se ven entorno a él es infinita. Cuántas familias, grupos de amigos, campesinos, pescadores…
Tras una horita de relax en la cubierta, por fin, llegamos al templo de Edfu, templo creado en honor a Horus, considerado el iniciador de la civilización egipcia, y cuya construcción estuvo bajo arena durante miles de años conservándolo de manera increíble. Y sí, de nuevo, lo visitamos esquivando las masas de los grandes cruceros… ¡estuvimos solos!
Tras la visita al templo, el capitán de la dahabiya nos anunció que el viento era favorable y que abrirían las velas del barco. Estos barcos, pese a que son de vela, son tirados por una pequeña barquita a motor cuando el viento no es favorable. Tened en cuenta que sino sería imposible cumplir con los tiempos.
Sin embargo, al final del día, si el tiempo lo permite, se despliegan velas y el espectáculo es maravilloso.
La tercera jornada a bordo de la dahabiya poco a poco iría apagándose y con él, el último atardecer en nuestro crucero por el Nilo de 3 noches, iría tornando cielo y agua de preciosos malvas.
Poco a poco el barco puso rumo a Esna, última parada del viaje, donde echaríamos el ancla para poner punto y final al viaje.
Día 4: Esna y hora de decir adios
Como de costumbre, amanecimos en el camarote con la curiosidad de ver el paisaje al amanecer desde la cubierta de la dahabiya. Y no, no defraudó. El Nilo no defrauda, no decepciona y os aseguro que no deja indiferente a nadie. Es imposible no encontrar una preciosa postal en alguno de sus horizontes 🙂
Tras el último desayuno, dejamos el equipaje listo y la tripulación lo dejo bien recogido. Hecho esto, bajamos del barco y pusimos rumbo en camioneta hasta el centro de Esna, donde nos recibiría impotente el templo de templo de Jnum, Dios con cabeza de carnero que creó a los humanos y demás Dioses.
Una vez dentro, de nuevo esquivando a los tours de los cruceros grandes, los guardas nos abrieron la verja del templo para nosotros. Qué alucinante sensación es entrar en estos lugares escuchando el eco de tus pasos…
Al salir del templo, entramos en Wakalat Al-Jiddawi, una antigua posada de comerciantes del Nilo que hacía las veces de centro comercial de la época que recientemente ha sido restaurado y te hace imaginar cómo se alojaban los que por aquel entonces se iniciaban en aquellas travesías a vela por el Nilo.
A nuestro regreso al barco, llegó la hora de las despedidas, decir adiós a la tripulación y a nuestros compañeros de viaje: Emilia, Tip, Cris, Janet… y sobre todo a Shayma, nuestra guía. Algo guay de estos barcos, es que al ser de tan poquitos pasajeros, te traes de ellos verdaderas amistades.
El mejor crucero por el Nilo
De Esna, un vehículo nos llevó a Luxor, donde nuestra ruta por Egipto continuaría y daríamos por finalizado el que creo firmemente que es el mejor crucero por el Nilo todo incluido que podíamos hacer.
Para terminar, os animo a echar un ojo a nuestro Instagram donde tenéis todas las historias destacadas de este viaje 🙂 De verdad espero que este relato y consejos os sirva para vivir la misma experiencia que nosotros gracias al que firmemente creo que es el mejor crucero por el Nilo en Egipto. ¡Buen viaje!