Sería un error fatal ignorar el lado del turismo gastronómico cada vez que viajamos. Querer ahorrarte unos duros en comer no implica el perderte las delicias del lugar al que viajas, sus costumbres y hábitos alimenticios pero si no se organiza bien, el tema de la comida puede convertirse en una tortura para el bolsillo en algunos países.
Hay lugares como Suiza en los que comer un filete con patatas sin bebida puede costarte la friolera de 30€ o que simplemente el comerte un menu BigMac pueda salirte por 11€.
De modo que si quieres ahorrarte un dinerito y sumergirte en su gastronomia hay una combinación bastante buena que podemos dividir en 3 grandes bloques:
Popularmente conocida como “Restaurante”. A la hora de comer fuera nuevamente tiro del amigo www.minube.com para anotar restaurantes o lugares de interés gastronómico recomendados por viajeros.
Hacer una lista con platos típicos de la zona e improvisar preguntando a gente joven (importante) es otra opción que te permitirá encontrar sitios “del pueblo” lejanos al tradicional “menú de turista” y cocinado en cadena.
Un sondeo previo de precios y alejarte de calles principales no es ningún descubrimiento pero de esto parece que la gente no se entera. Muchas veces comes lo mismo 2 calles más al fondo y por la mitad.
Mundialmente conocida como McDonals / Burgen King, etc… Yo voy ya por costumbre, me gusta comparar y probar todos los McDonals por donde voy. Aprovecho nuevamente para reivindicar los batidos helados de chocolate y vainilla a 1€ como los McDonals italianos.
Metamos también en este saco a la “comida on the way” que inundan muchas calles con porciones de pizza, perritos calientes, creppes salados, etc…
En BigMacIndex.org encontrareis un listado con el precio de las hamburguesas BigMac en cada uno de los McDonals de ciudades del mundo.
Dicen los entendidos en economía que el «índice BigMac» mide en cierta medida el nivel del país, de modo que en cuanto a lo que nos compete, con esta tablita podemos hacernos una idea de como anda el patio en cuanto a lo que viene siendo «llenar el gaznate».
Apartado estrella de todo viajero sin un duro y base alimenticia allá donde fuere. Como dice el dicho, «una imagen dice más que mil palabras», de modo que, os presento mi particular día a día gastronómico en el extranjero compuesto por «algunas provisiones».
Desde aquí pido un Nóbel al inventor de la conserva, el envasado al vacío y sobre todo del “bocata de sardinas con tomate”.
Este tipo de comida, no muy ortodoxa, poco elaborada y a veces cansina y repetitiva… goza de otro tipo de privilegios como el hecho de comer como quien dice “gratis” (pan a parte) a los pies lugares como la torre Eiffel, en las escaleras del palacio de Buckingham, sentadito en un escalón las pirámides de Gizeh, escuchando una catarata o al borde de un espectacular mirador. Lo único que necesitas es un banco y a veces ni eso.