Eran aproximadamente las 19 horas, estaba atardeciendo y me encontraba contemplando el paisaje desde el mirador de la plaza de San Michelangelo de Florencia. Hice unas cuantas tomas y al girarme me encontré con una situación un tanto surrealista puesto que unos negros de venta ambulante habían plantado un tenderete justo en frente del banquito en el que estaban sentadas Diana, mi madre y Julia. Sus rostros de cansadas, mirando a la nada, lograban crear la confusión a los transeuntes que por allí pasaban puesto que resultaba extraño, el ver a 3 jóvenes mozas con esas pintas, vendiendo bolsos en Italia.
El vídeo que os pongo a continuación no es un montaje que pactara con ellas, lo hice con zoom desde donde me encontraba sin que ellas se dieran cuenta. Observad la expresión de sus caras, ¿qué pensáis que están pensando, en lo que les falta por andar o en que todavía no han vendido ni un solo bolso?.
jajajajajajaja q weno¡¡