¡Flotamos! Una noche en el mejor lugar para ver el Mar Muerto

De todos los sitios que han pasado por este blog, sin duda, el Mar Muerto, es uno de los sitios más curiosos en los que hemos estado. Zambullirse en esas aguas donde es imposible hundirse, embadurnarse en sus barros terapéuticos que te dejan la piel como el culito de un bebé, pasear por orillas repletas de cristales de sal con formas de diamante; y esos paisajes, dorados, entre brumas y cargados de sal… ¡son únicos!

Fotografía en el Mar Muerto flotando

Mi primera vez en el Mar Muerto fue por el lado palestino-israelí. En aquella ocasión estuve en una especie de centro SPA todo basado en tratamientos con barros. El lugar realmente estuvo increíble, sí… pero muy guiri. Y las dos ocasiones siguientes, mucho mejores, fueron desde el lado de Jordania del Mar Muerto. Una en modo resort, donde dormí en un Hilton, con pulserita, desayuno buffet, habitación con vistas, etc… y una segunda ocasión, mucho más épica y auténtica, donde pasé un par de noches junto a Javi y Manolito en unas cabañas chulísimas ubicadas en primera línea de playa en el que para mi gusto es el mejor lado para ver el Mar Muerto y cuya experiencia voy a enseñaros en este post.

En nuestra terraza de los apartamentos Mujib en el Mar Muerto

Desde el principio yo quería algo tranquilo. No queríamos un lugar para ver el Mar Muerto rodeados por guiris tostándose al sol. Quería vivir la experiencia de flotar en solitario, sin ruidos, relajado, nada de horarios, en plan “free” cual pajarillo silvestre, y por suerte… ¡lo encontramos! Las cabañas Mujib, en la tranquila reserva natural Mujib, a poco más de 30 minutos de todo el meollo de resorts del norte del Mar Muerto, son posiblemente el mejor lugar para ver el Mar Muerto y descansar en la más completa y absoluta tranquilidad..

Atardecer en el Mar Muerto con rocas saladas y el agua en calma

Sin embargo, para nosotros fue un poco una apuesta ya que íbamos un poco a ciegas, no llevábamos referencias, no teníamos opiniones sobre el alojamiento y si habíamos tirado para adelante era simplemente por precio y por su ubicación frente al mar. Imaginad que fuimos sólo con un teléfono y una ubicación GPS en el móvil. Y con eso, comenzamos la aventura recorriendo en coche el camino que va desde Amman hasta el Mar Muerto a través de la preciosa carretera panorámica que lo rodea.

Carretera que rodea el Mar Muerto

El ritmo del principio del viaje había sido acojonante. Acabábamos de regresar de estar varios días por el norte de Jordania visitando la capital, Amman; la ciudad romana de Jerash y algunos lugares bíblicos como el monte Nebo o el mosaico de Madaba. Y bueno, con ganas de darnos un homenaje de “relax”, llegamos a la zona más baja de la tierra, –concretamente a 430 metros bajo el nivel del mar–, con la sensación de estar entrando en “un pequeño horno paradisíaco” 😀 Y no, no exagero en absoluto.

El Mar Muerto y sus playas de cristales salados

Las sensaciones cuando llegas por primera vez al Mar Muerto son inconfundibles. La humedad, la sal y la baja altitud, convierten la llegada en un momento especial que se siente en el ambiente. No es un lugar más. No se explicarlo pero os aseguro que cuando lo piséis por primera vez lo sentiréis. Estas son las cosas bonitas de viajar. Te lo pueden contar pero… ¡siempre tienes que vivirlo!

Ni el GPS nos encontraba en el mapa

Tras una parada para almorzar y un pequeño desvío que hicimos antes de entrar al mar muerto, la hora del atardecer llegó y pronto pudimos ver los primeros dorados sobre la que enteramente parecía una balsa de aceite gigante. Señores, ¡estábamos en el Mar Muerto!

Puesta de sol en el Mar Muerto

Ante tal espectáculo, nos apeamos un momentito en un pequeño “parking-mirador” que había junto a la carretera y disfrutamos de uno de los atardeceres más bonitos de Jordania. Fijáos qué pasada de contraluces repletos de bruma.

Contraluces de una familia en el Mar Muerto

Tras disfrutar de unos minutitos de “comments” frente a tan bonito paisaje, continuamos nuestro camino y tras pasar por dos check points de seguridad, unos 15-20 resorts, alguna gasolinera y 4 rebaños de cabras, por fin, vimos el cartel de la Reserva Natural Mujib, donde a priori estaban unas pequeñas bungalow de ladrillo que serían nuestra casa para las próximas dos noches y cuya búsqueda resultó ser toda una odisea.

Más perdidos que un burro en un garaje y tras dar más vueltas que el neceser de Willy Fog, por fin, encontramos las cabañas. Era de noche, no se veía un pimiento, hacia un viento de narices pero el sonido del mar y una negrura bastante potente hacían presagiar que el amanecer sería potente.

En nuestro apartamento frente al Mar Muerto en la noche

Tras el check-in, dejar nuestras mochilas dentro de las habitaciones, cambiar el agua al canario y hacernos el lavado del gato, comenzamos con la operación Hacendado con una cena lowcost a lo jordano donde haríamos cocina fusión con productos de la zona y Mercadona: pan de pita + melva canutera con pimientos del piquillo. Con dos c*jone ahí 😀 ¡Cargando pilas con Mercadona! 😀

Un bañito al amanecer en el Mar Muerto

Tras una noche bajo el único sonido de las olas del mar Muerto, nos levantamos al amanecer con la idea de pegarnos un épico remojón flotando como corchos en el que sería el bautizo marmuertíl de Javi y Manolito.

Montañas de la reserva de Dana, en el Mar Muerto, al amanecer con rayos de luz

Toda la oscuridad del día anterior se convirtió en un paisaje de 10. ¡Estábamos en primerísima línea del mar Muerto! Tanto es así que veíamos el agua desde la misma cama. Los paisajes del amanecer desde las cabañas fueron espectaculares. ¡Que le den morcilla a los resorts y a mi que de aquí no me muevan!

Mis pies frente a la ventana de la habitación con el mar al fondo

Como veis la primera vez en el Mar Muerto siempre es divertida 😀 Los primeros minutos siempre son geniales. Es entrar en él y automáticamente pasáis a ser una mezcla entre bailarina de natación sincronizada, flotador pinchado y un niño aprendiendo a nadar 😀 Ese sería el resultado 😀

Mi primera vez en el Mar Muerto fue genial. ¡El agua tiene tantos minerales y sales que es como viscosa! Eso sí… ¡cuidado con el suelo y los cristales de sal! Más abajo os dejo un listadito de recomendaciones para visitar el Mar Muerto porque hay que tener algunas cosillas en cuenta. Seguro que os son útiles 😉

Mis pies flotando en el Mar Muerto al atardecer

Tras el amanecer, poco a poco, el sol comenzó a pegar con fuerza dando paso a un día espectacular en la que me atrevería a decir que es la mejor zona para ver el Mar Muerto de todas las que he estado. Fijaos qué chulada de cabañitas.

Nuestro alojamiento en el Mar Muerto

Después del bañito, nos pegamos un duchazo para quitarnos la pringue, sales, etc… y nos relajamos un ratillo para ver el Mar Muerto desde las terrazas de nuestras habitaciones donde encontraréis una hamaca para el que quiera pegar el barrigazo jordano de la manera más épica que podáis imaginar.

Manolito tumbado en una hamaca junto al Mar Muerto

El Mar Muerto técnicamente no es un mar. Más bien es un lago. Un lago que por cierto está “en peligro de extinción” ya que de toda la vida sus aguas se nutrían del rio Jordan pero a día de hoy ya no, lo que está provocando que poquito a poquito se esté secando, convirtiendo a este sitio en único y un lugar que ver sí o sí cuanto antes.

El Mar Muerto en el lado de Jordania

Sin embargo, tranquilo, porque aún estás a tiempo de visitarlo y por suerte te has topado con el que posiblemente sea el mejor lugar para visitar el Mar Muerto con tres locos como nosotros “flotando como corchos” en este mágico lugar cargadito de relax :-D.

Mujib Chalets, el mejor lugar donde dormir en el Mar Muerto

Pero para relax… lo que viene a continuación. ¡Atención que vienen curvas!

¡Un masaje thai entre los famosos barros muertos!

El Mar Muerto es famoso por su flotabilidad pero si por algo se ha hecho famoso también es por los barros que se depositan en el fondo de sus aguas que tienen beneficios alucinantes para la salud. A mi hermana de hecho le hizo que le mejorara muchísimo la dermatitis que tiene y aparte de eso también mejora problemas pulmonares, de reumas e incluso del corazón. Pero principalmente para lo que se utiliza es para temas de piel y relajación y como no queríamos irnos de allí sin probar un tratamiento de barros, pillamos el coche y nos fuimos a uno de los hoteles de la zona de resorts para comprobar todo esto.

Resort en el Mar Muerto

Como veis en la foto de arriba, los resorts nada tienen que ver con el sitio donde estábamos durmiendo nosotros. La experiencia es radicalmente distinta. Algunos parecen parques de atracciones 😀 Pero bueno, nosotros, como sólo veníamos de paso, contratamos un masaje con barros a cuerpo completo para probar la experiencia y luego regresar a nuestro remanso de paz y tranquilidad. Atentos a cómo fue la experiencia 😀

Según llegas, te dan un bañadorcito fino rollo Muaithai. Tras esto, nos metieron en una sauna durante 10 minutos y de ahí, nos pasaron, uno a uno, a unas salas donde te cubren con barro, por delante y por detrás, por arriba, por abajo y por sitios que no sabías ni que existían en tu cuerpo.

Tratamiento con barro en el Mar Muerto

Tras un serio masajeo con barro donde acabas hiper exfoliado, te cubren en unos plásticos como si fueras un bombón de chocolate al que acaban de darle la cobertura de cacao y por último te dejan reposar durante 30 minutos donde poco a poco empezarás a sentir un curioso picorcillo del barro haciendo efecto en ti a la vez que notas como la temperatura se va elevando de manera increíble. En la siguiente foto no se sabe si soy un fiambre o sencillamente estoy en la gloria. Qué mal rollo doy.

Envuelto en plástico en un tratamiento de barros del Mar Muerto

La frase literalmente de Manolito al salir del tratamiento fue: «Estoy tan suave que creo que podría enamorar a otras especies, invertebrados, cefalópodos…» 😀 Y os aseguro que no exageraba. Es increíble el efecto que tiene este barro en la piel.

El atardecer más épico de todo el viaje

Tal y como ocurrió el día anterior, el Mar Muerto se quedó “muerto de verdad” y valga la redundancia 😀 No había ni una sola ola. Era un plato por completo. Una balsa, serio. Y bueno, como acabábamos de salir del tratamiento y aún quedaba margen de sobra para ver el atardecer, era el último día y aún había ganas de aprovechar, pusimos rumbo a nuestras cabañas para hacer lo propio, hacer una sesión épica de fotos en el Mar Muerto y darnos un “homenaje dorado” como el que veis.

Baño al atardecer flotando en el Mar Muerto

Si el atardecer del día anterior había sido bonito… el de este día estaba siendo indescriptible. El sol poco a poco comenzó a bajar y a medida que esto sucedía, brumas, colores rosados, naranjas y lilas comenzaron a fundirse sobre un mar que parecía oro líquido!

Puesta de sol desde el mejor lugar para ver el Mar Muerto

Estoy seguro de que habéis visto fotografías en el Mar Muerto de gente flotando con libros, periodicos o revistas. ¿Dónde si no es en el mar muerto puedes hacer algo así? 😀 Y como comprenderéis, nosotros, a un clásico así no íbamos a faltar. Mirad a este par de personajes “lectores”.

Fotografías en el Mar Muerto leyendo

Y aquí la prueba de fuego, sin trampa ni cartón. Pies y manos fuera del agua. ¡Se flota! 😀

Así es flotar en el Mar Muerto con manos y pies arriba

La concentración de sal es tan grande que el nombre de “Mar Muerto” es precisamente porque no hay ni un sólo ser vivo en estas aguas. Ni bichos grandes ni pequeños, tan sólo Javi leyendo “50 sombras de Grey” 😀 Jajaja. Mirad qué lectura tan épica y sexy.

Leyendo un libro en el Mar Muerto

Y qué me decís de Manolito y su Lonely Planet de Jordania cuyo paso por el Mar Muerto fue algo trágico ya que entre payasada y payasada, la corriente nos llevó más adentro de lo previsto y al intentar regresar a la orilla Manolito la hundió por completo en el agua :-D.

La Lonely Planet de Jordania flotando en el Mar Muerto

Por increíble que pueda parecer, conseguimos secarla, página a página con pulso de ladrón de panderetas y a día de hoy está “intacta”. Mirad, un “súper man” :-D.

Haciendo el Super Man en el Mar Muerto

Por aquí os dejo un vídeo con algunos momentos del atardecer en el Mar Muerto. Nota: Disculpad algunos improperios que en el vídeo puedan aparecer en relación al escozor que este tipo de aguas provoca en el cono sur y demás zonas sensibles del cuerpo.

De todos nuestros recuerdos del viaje por Jordania, visitar el Mar Muerto fue un antes y un después en el viaje. Esas aguas son toda una experiencia.

Atardecer desde nuestro alojamiento en el Mar Muerto

Ver atardecer desde las casitas de Mujib junto a unas charlas con amigos son ese tipo de cosas que hacen que uno se vuelva adicto a esta vida nómada de viajes, viajes y más viajes 🙂

Información práctica si vas a ir al Mar Muerto

Tal y como os dije arriba, por aquí os voy a listar una serie de recomendaciones y consejos para viajar al Mar Muerto que aprendí en mis 3 viajes a él y que estoy os van a venir muy bien:

  • ESCARPINES: Es importante que llevéis escarpines o zapatos acuáticos para evitar clavaros los cristales de sal que hay por la orilla.
  • GAFAS DE NADAR: Si tenéis muy sensible la vista, os aconsejo que llevéis gafas para evitar que os salpique la vista.
  • MUJIB CHALETS: Los apartamentos los tenéis en este enlace en la web de Airbnb. Por aquí os dejo este cupón de -35€ que es para cuentas nuevas de Airbnb. Si ya tienes una, con que uno de los que viaje con vosotros se abra la cuenta desde ese enlace, ya os ahorráis ese dinerito.
  • CUIDADO CON EL SOL: Si vais a bañaros de día llevad una camiseta de agua de Decathlon ya que el sol es súper fuerte y con la sal hace.
  • ESPARADRAPO: Si tenéis alguna heridita poneros esparadrapo para evitar que os escueza.
  • ALQUILER DE COCHE: Si necesitáis alquilar un coche, mirad en este comparador de coches de alquiler que es el que yo suelo usar.
  • SEGURO MÉDICO: Para un viaje de este tipo no dudéis en llevar un seguro de viajes integral. No sólo que cubra gastos médicos. Yo normalmente contrato con esta empresa para la que además tengo un cupón de -5% haciendo click en este enlace. Veréis el precio con descuento durante el proceso de compra.

Si os ha gustado este post por aquí os dejo muchos otros artículos de nuestro viaje por Jordania y ya sabéis, ¡pasadlo bien y no olvidéis llevar un libro! 😀

Diario de un Mentiroso en el Mar Muerto