Barcelona en 3 días, desde el Parc Güell a un bosque de hadas!

¿Conocéis el dicho de:  “Más grande que Barcelona”? Seguro que si. Barcelona es una ciudad grande en todos los sentidos. Nuestro viaje estaba pensado para 3 días. Nos salieron algo lluviosos pero con una oferta de ocio tan variada, y tantísimas cosas como hay que ver en Barcelona,  la verdad es que la lluvia no fue un problema, recorriendo los lugares más típicos de la ciudad hasta aquellos más ocultos y sorprendentes como un bar en un bosque de hadas!

De casa traía todo perfectamente atado: hotel, visitas, rutas, etc… Llegué a la ciudad condal con una extraña tranquilidad bastante impropia de mi, habiendo reservado antes habitación en un hostalito con precio de risa a escasos 10 minutos de la Sagrada Familia. Algo no encajaba y precisamente en ello estaba lo divertido de la situación: la sorpresa del qué te encontrarás y cómo.

Al llegar, porterillo automático con puerta de 3 metros junto a tonelada y media de peso para justo después encontrarte con un ascensor tipo Celia (la serie) de esos antiguos que a día de hoy cumplen la normativa de puertas a la perfección. Dos puertas manuales tipo jaula y botoncitos de clavijas que te llevaban a cada planta junto a un sonido acongojante con el que resultaba casi imposible no pensar que acabar descolgado, estrellado y encima enjaulado.

Al llegar a nuestra planta, llamé al timbre de lo que parecía ser una casa particular y cuando ya creía que me había equivocado, resulto ser que no. Efectivamente, mi habitación pertenecía a la de una casa de un particular que se hacía llamar Hostal. Mucho ojo a la hora de buscar hostales u hoteles en Barcelona o Madrid ya que pueden darte gato por liebre. Habrá a quienes no les importe reservar una habitación que forme parte de una vivienda familiar, como es mi caso, pero evidentemente hay personas que por mucho que la habitación esté separada del área donde vive la familia, evidentemente no le haga gracia.

Como «únicas» pegas… las paredes de cordo dónde oias al vecino rascarse el cogote y el tamaño de la habitación. Se conoce que los dueños tabiquearon la casa partiendo salones y habitaciones por la mitad y poco a poco fueron sacando habitaciones. La nuestra en cuanto a espacio era un chiste ya que tan solo cabía la cama y para entrar en ella directamente debías saltar.

Por otro lado, la ducha era diminuta y para entrar en la habitación no podías tener la puerta del baño abierta. Pero bueno, como dato positivo, la ubicación y las vistas de la ciudad con las gaviotas sobrevolando la ciudad.

Empezamos recorriendo la ciudad pasando por la famosa Plaza Cataluña hasta llegar a la primera de las paradas obligatorias de la ciudad: La sagrada familia, la obra cumbre de Gaudí, monumento más visitado de España y única catedral en construcción de la actualidad.

Esta construcción es simbología pura y dura. Visitar la Sagrada Familia sin alguien que te explique la simbología es una pena. Si los guías no os gustan u os parecen caros, os aconsejo una buena audioguía con la que os enterareis de muchísimos detalles y curiosidades de esta iendo completamente a vuestro rollo. Es una opción rápida y bastante cómoda para enterarte bien del por qué de muchas cosas en la Catedral.

Las 18 torres de la catedral representarán la suma de los 12 apóstoles, los 4 evangelístas, María y Jesús, su interior representa la naturaleza formando un bosque de piedra y en cada una de sus fachadas hay pequeñas figuritas que tienen un significado.

Paseas por sus calles y te topas con las famosas casas de Gaudí. Hablar de Barcelona muchas veces es hablar de Gaudí.

Y por supuesto el parque Güell, su lagarto de colores y donde alucinamos con el modo de respetar la naturaleza que Gaudí tenía a la hora de construir. Era capaz de rodear un árbol con tal de no talarlo o de abrir un agujero en un techo para que por este salieran las ramas del árbol.

Una pasada. Es un parque mágico desde el que podréis disfrutar por otro lado de vistas muy chulas de Barcelona y las ramblas.

Pero si de vistas estamos hablando, lo mejor, el teleférico de Montjuic.

En cuanto a lo que se refiere a llenar el gaznate, Barcelona, evidentemente, tiene la variedad de cualquier gran ciudad pero si queréis algo auténtico, un paseíto por las famosas ramblas para acabar terminando en el mercado de la Boquería ya no es solo un consejo sino una obligación.

Atentos al puesto de chucherías que nos encontramos…

Jamás he visto un mercado tan cuidado, con tantísima calidad y variedad. En él no solo podréis hartaros de fotografías a puestos de casita de muñecas sino que podréis hacer unas compras para picnic urbano de calidad.


La Barceloneta o playa de Barcelona, es una playa artificial que se construyó para los juegos olímpicos de Barcelona, cerca de ella encontrareis un lugar de cuento de hagas donde tomaros una copa, refresquito o simplemente pasearos 10 minutos para ver el local. Os hablo del “Bosc de las fades” o “Bosque de las hadas”.

Este local, es un bar que ha sido decorado como si de un bosque de hagas se tratase. En él se hace de noche y de día, llueve y deja de llover y hasta las sillas están decoradas como si fueran raices de árbol. La iluminación es a base de pequeños candelabros de cuento y del techo cuelgan ramas como si de un árbol se tratara. A este bar se accede a través del museo de cera de la ciudad (después del Madame Tussauds de Londres, cualquier otro museo de cera me parece una birria).

Tal como os hablaba en un principio, Barcelona tiene oferta cultural, sería un acierto hacer coincidir vuestra visita con alguno de los muchos conciertos o exposiciones que a diario hay en la ciudad pero si no es el caso, hay otro par de visitas muy divertidas y para todos los públicos que nosotros no nos quisimos perder. Por un lado, la visita al Zoo, donde almorzamos viendo como una pandilla de monos desatados se volvían histéricos con la llegada de un grupito de 30 niños no paraban de gritarles.

Y por otro lado, el fantástico Pueblo Español al que subimos en autobús y donde conocimos a un simpático choffer, identico al Neng por cierto, que nos explicó al dedillo el por qué del dicho catalán de «la pela es la pela» y su día a día en las lineas de autobuses de la ciudad. Curioso.

El pueblo Español es un museo al aire libre, lleno de bares y restaurantes que a modo de pequeño pueblo ubicado en lo alto de Montjuic, recrea la arquitectura de los principales pueblos de España.

Lo mejor de Barcelona sin duda es pasearla, conocerla calle a calle, nada de autobuses ni metros, lo mejor es un buen pateo botellita de agua junto a mapa en mano para comprobar el por que del dicho “Más grande que Barcelona”.