Normalmente a cualquiera que conozca un poco Menorca, le hablas de la isla y lo primero que se le viene a la mente son sus preciosas calitas de aguas cristalinas, sus pueblecitos blancos de mar y sobre todo esos mágicos atardeceres que cada día despiden el día desde los acantilados del norte de la isla, ¿me equivoco? Pues bien, imagina por un momento combinar todos esos momentos en uno solo. Sería increíble, ¿no es así? Pues algo así vivimos desde el mar, navegando en catamarán por el norte de Menorca, saliendo del pueblecito pesquero de Fornells al ritmo del viento y el tintineo del mar bajo nuestros pies dejando a un lado y a otro estampas de cine.
La tarde arrancó desde el muelle deportivo de Fornells donde se encuentra la empresa de mi amigo Alberto: Katayak. Durante los 9 días que estuvimos en la isla hablamos casi a diario para buscar un huequillo en el que escaparnos con su precioso catamarán y finalmente, nuestra última tarde en la isla tuvimos la oportunidad de escaparnos al atardecer para disfrutar del mejor momento, desde mi punto de vista, para gozar como locos del atardecer de Menorca desde el mar.
Según llegamos al muelle nos montamos en un pequeño bote que nos llevaría hasta al catamarán y una vez allí, zapatos fuera y a disfrutar! Sí, habéis leído bien, zapatos fuera, de modo que si eres una pequeña mofeta de pinrreles recuerda echarte desodorante porque pasear por un catamarán es como hacerlo por una enorme cama elástica pero sobre el mar.
¡No hay cosa más divertida que un catamarán!
Desde aquel día me apunte al club de “amantes de los catamaranes”. Desde mi punto de vista es la forma más divertida de navegar en comparación con otros bicharracos marinos que anteriormente haya probado com por ejemplo el velero (donde es fácil echar la pota) o el típico barco de excursiones donde no sientes el mar como en un catamarán.
La sensación de “deslizarse sobre el mar” de estos bichos es de lo más auténtica ya que a medida que pisas la superficie central del catamarán ves el agua del mar pasar a poco menos de 1 metro bajo tus pies
Y al mismo tiempo que caminas, el suelo, al ser flexible, se va moviendo al ritmo de las olas de modo que sientes el oleaje a medida que toda la embarcación avanza, sin sonido, gracias al empuje del viento sobre su enorme vela. Muy fan.
¡Rumbo al norte!
Según salimos del puerto de Fornells, fuimos dejando hacia un lado los acantilados del norte de Menorca iluminados por los dorados del atardecer. Fijaos qué preciosidad.
Y a otro alguno de los preciosos pueblos blancos de la isla
Para poco después adentrarnos poco a poco en plena reserva marina del Norte de Menorca, una zona inaccesible desde cualquier otro modo que no sea el mar.
Preciosas perspectivas que desde el catamarán parecían decorados de una película y que poquito a poquito se iban tiñendo de naranjas frente a un Mediterráneo que a medida que pasaban los minutos se iba preparando para el gran espectáculo del día: el atardecer.
Los minutos a bordo de aquel bicho parecían segundos y si con el espectáculo de naturaleza que rodeaba al barco, las bebidas que a bordo teníamos y la agradable compañía de Alberto y amigos no teníamos suficiente, nuestro capitán, pilla a Diana y la invita a tripular por ella misma toda la embarcación.
¡Ala! 4 indicaciones, “no sueltes esto”, “mira hacia allá” y… “esto está chupao”. Y así fue, en un plis plas, cursillo acelerado de catamarán y a disfrutar, ¡jajaja!. Súper divertido.
El día no había podido salir mejor y sobre el horizonte el Cabo de Caballería hizo aparición, con su faro ya iluminado para avisar de que la fiesta iba a comenzar.
Luces fuera y… ¡acción!
Con la llegada del atardecer el sol comenzó a tornar a rojo fuego el cielo.
¡Las nubes parecían arder junto al faro de cavallería!
Como un enorme queso ardiente, las postales se sucedían una detrás de otra en el horizonte de un Mediterráneo en llamas. Flipante
Qué espectáculo. Por un momento los que íbamos a bordo del catamarán quedamos en silencio.
Y allí, todos, bajo el ÚNICO sonido del catamarán, dejamos correr los minutos mientras el catamarán se abría paso entre las olas bajo el único empuje del viento.
En definitiva, momentos único e indescriptibles. Perfectos para los amantes de los atardeceres, del mar y la naturaleza en estado puro. Una experiencia de 10 que sin duda es una de esas cosas imprescindibles que hacer en Menorca, sí o sí y que no te pueden faltar en tu currículum viajero ;-).
Información práctica si quieres vivir esta experiencia
¿Desde dónde salen las excursiones en catamarán? ¿Qué horarios tienen?
La empresa Katayak, con quienes nosotros hicimos la excursiones, se encuentran en el puerto deportivo de Fornells, Paseo marítimo nº 69 y realiza salidas todos los días, en función de la meteorología (según nos dijeron salen un 90% de las veces, por lo que muy raro sería que no se saliera). ¿Los horarios? Salida de la mañana: de 9.45 a 14.00 hs y salida de la tarde: de 15.15 a 19.30 hs.
¿Es fácil marearse a bordo de un catamarán? ¿Cual es el mejor momento del día?
Yo soy de mareo fácil. Echo la pota rápido si me tocas un poco las narices… y la verdad, en el catamarán… cero patatero. Nada de mareo. Es súper estable. En cuanto al mejor momento del día… ¿vale mañana y tarde? jajaja. Si lo que quieres es llegar a puntos inaccesibles, 100% vírgenes y hacer snorkel desde el catamarán… lo suyo es la mañana. Ahora, si quieres vivir un atardecer único como el que nosotros vivimos… no te queda otra que hacerlo desde el mar. No hay otra opción.
¿Qué incluye la excursión y cuánto dura?
La excursión dura unas 4 horas e incluye bebidas, capitan, bebidas, agua, snacks, equipos de snorkel y en el caso del atardecer, un espectáculo de fuego indescriptible.
¿Cuánto cuesta una excursión como esta? ¿Cómo contactamos con tu amigo Alberto?
La excursión en catamarán de Alberto, de Katayak, cuesta 65€ los adultos y 35€ los niños, si le decís que vais de mi parte seguro que se enrrolla y os hace un extra chulo por la isla, jejeje. Creedme, merece la pena. Si queréis contactar con él debéis llamar a 626 486 426 o escribirle un email a info@katayak.net.